Un último trabajo para Unicaja: la dimisión

Después de la contundencia de la carta de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en la que se pone en duda «la honorabilidad» de Braulio Medel para seguir al frente de la Fundación Unicaja; después de ... que tanto el Banco Central Europeo, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores hayan expresado su preocupación por la situación de la gobernanza de la Fundación Unicaja; después de que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, haya pedido medidas contra él, así como el propio Ayuntamiento de Málaga y la Diputación Provincial; después del clamor social por su forma personalista e interesada de gestionar y por las innumerables protestas de los propios patronos de la Fundación; después de las denuncias presentadas ante la Fiscalía Anticorrupción, y, sobre todo, después del daño que está haciendo desde hace muchos meses a la reputación de Unicaja, contribuyendo con sus decisiones a la pérdida de arraigo andaluz y malagueño del banco, no tiene ningún sentido prolongar la agonía. El mejor y último trabajo que Braulio Medel puede hacer por Unicaja es dimitir y dejar que la Fundación recobre el rumbo y su sentido social y comprometido con el buen gobierno. Atrincherarse en su cargo sólo someterá a la entidad a una extraordinaria e innecesaria presión, continuará agudizando la crisis reputacional y de gobernanza de Unicaja y provocará un enorme estrés a los patronos, involucrados ya en la mayor crisis de la historia de Unicaja, además de deteriorar aun más si cabe su propia reputación. No le queda otro camino que decir adiós.