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Suma+t, sindicato mayoritario en Unicaja, llama a la plantilla a la huelga el próximo lunes, 6 de mayo, por el reparto que consideran «arbitrario» del bonus, ya que éste, señalan, se realiza a sólo una parte de los empleados y no a su totalidad. Para ... el sindicato, si Unicaja ha estrenado su nueva etapa triplicando beneficios (en el primer trimestre del año ganó 111 millones de euros), «a pesar de los números, del cambio en la presidencia con la llegada de José Sevilla y el nombramiento del nuevo CEO Isidro Rubiales, Suma+t denuncia que la política interna sigue siendo parecida a la anterior etapa dirigida por Manuel Menéndez».
A su vez, fuentes de la entidad expresan que ésta se trata de una cuestión interna, pero al tiempo ponen en valor los esfuerzos realizados en su interlocución con la plantilla, que se han materializado en pactos que mejoran las condiciones retributivas y los préstamos, y que se ponen de manifiesto en el acuerdo interno suscrito a finales del año pasado y el convenio sectorial, que aún no está publicado en el BOE pero que ya ha implicado un pago único de 1.000 euros.
A través de una nota, Óscar López, secretario general del sindicato, tacha de reparto «arbitrario» esa gratificación extraordinaria que ha sustituido a los incentivos correspondientes al ejercicio 2023. Ello, como consecuencia de que la entidad no ha alcanzado el beneficio antes de impuestos recurrente presupuestado. La gratificación extraordinaria es, en términos económicos, el 60% de la cifra que debían recibir y sólo se aplica en la red de oficinas que cumple las condiciones y limitaciones para ser acreedores de los incentivos, por lo que, continúa López, quedan excluidos todos los trabajadores de los servicios centrales. «A pesar de las exigencias de Suma+t, la entidad mantiene su decisión discriminatoria de no pagar el 100% de los incentivos de 2023 a toda la plantilla que ha cubierto objetivos, pertenezcan a la red comercial o a los servicios centrales», explica el sindicato en un comunicado.
Según se critica desde Suma+t, «el banco ha utilizado las medidas a su alcance para perjudicar el beneficio antes de impuestos mediante unas dotaciones totalmente desproporcionadas si atendemos a los ratios de irregulares, solvencia y liquidez, por lo que esta decisión de la empresa ha tirado por tierra lo que ha conseguido la plantilla».
El banco efectuó en 2023 saneamientos por valor de 546 millones de euros que, de acuerdo con la nota de prensa que emitió para explicar las cuentas de ese ejercicio, permitirían «continuar con la reducción acelerada de los activos improductivos y la mejora sustancial de la rentabilidad estructural». Esos más de 500 millones de euros destinados a saneamientos implicaban el reconocimiento de la valoración a precios de mercado de activos adjudicados y créditos que proceden en su mayoría de las entidades absorbidas por la antigua Unicaja en los últimos años -en particular, del conglomerado Liberbank-. Como resultado, en el primer trimestre del ejercicio actual la necesidad de provisiones ha sido de poco más de 50 millones de euros y se ha producido una mejora de la rentabilidad que el grupo bancario prevé que siga aumentando en sucesivos trimestres.
Pero el sindicato, asimismo, incorpora otros agravios a su inventario, como el incumplimiento que atribuyen al banco en cuestiones como la integración de los planes de pensiones, la devolución de las aportaciones paralizadas a los planes de pensiones a la plantilla origen Liberbank, o la elaboración del Plan de Igualdad, así del Protocolo de Acoso Moral. Además, achacan a la entidad su negativa a negociar cuestiones como los préstamos, el teletrabajo, flexibilidad horaria, planes de carrera, sistema de incentivos, permisos... Asimismo, tachan como «injusticia» «que el personal de nueva entrada tenga mejores condiciones que algunos colectivos procedentes de Liberbank».
Por esta situación, el sindicato Suma+t llama a todos los empleados a secundar una jornada de huelga el próximo día 6 de mayo, «para que la entidad cambie de actitud y negocie todos estos asuntos».
También recriminan el «clima laboral que se está generando» y a la «situación de estrés» de los trabajadores «como consecuencia de la exigencia de informes y reportes continuos, unida a la nueva exigencia que están trasladando de que los objetivos comerciales se deben cumplir al 250 o 300%».
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