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El bloque asturiano continúa ganando peso en Unicaja Banco. Esta escalada de poder, impulsada por Manuel Menéndez (procedente de Liberbank) y Braulio Medel (presidente de la Fundación Unicaja, principal accionista del banco con más de un treinta por ciento del capital), queda reforzada con la ... incorporación de Isidoro Unda como consejero independiente. Con el nombramiento de este exejecutivo en Atradius, la entidad trata de apagar el fuego provocado por la falta de independientes en su consejo de administración, aunque su fichaje ha agravado la crisis interna que arrastra desde hace meses. Otros consejeros, como el propio presidente del banco, Manuel Azuaga, votaron en contra de esta designación y volvieron a evidenciar la profunda brecha que divide a Unicaja.
Bajo estos movimientos resuenan los últimos ecos de Medel al frente de la Fundación, cuya presidencia se resiste a abandonar pese a que él mismo comunicó su salida hace más de dos semanas, en pleno Jueves Santo. El anuncio de su dimisión, aún sin ejecutar, se produjo tras una sucesión de polémicas y presuntas irregularidades que han horadado su reputación, nunca antes debatida, y por las que la Fiscalía ha abierto diligencias de investigación penal. Una carta en la que el Gobierno de España mostraba «serias dudas» sobre su «honorabilidad profesional y comercial» supuso la gota que colmó el vaso de su histórica fortaleza. En una carta demoledora, el Ministerio de Asuntos Económicos exigió al Patronato de la Fundación el encargo de un informe externo e independiente que evaluara la idoneidad de Medel para seguir en su cargo.
La vicepresidenta Nadia Calviño, a través del Protectorado de fundaciones bancarias dependiente de su Ministerio, dio dos meses de plazo para la elaboración de este informe. Una vez analizadas las convocatorias y actas de los dos últimos años en la Fundación, el Protectorado cuestionó que Medel haya actuado durante este tiempo «en beneficio exclusivo de los intereses» de la institución que preside. También puso en cuarentena que el banquero sevillano haya ejercido «una adecuada gestión de la participación accionarial» de la Fundación en Unicaja Banco. Ya contra las cuerdas, Medel anunció su dimisión. Pero el plazo ofrecido por el Gobierno se agota y el presidente de la Fundación continúa aferrado al sillón. Ni siquiera incluyó su salida, pese a la supuesta inminencia de la misma, en el orden del día del último Patronato, celebrado la semana pasada.
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El poder de Medel sobre la Fundación ya no es total y varios patronos pusieron el asunto sobre la mesa en aquella última reunión. El de Marchena eludió pronunciarse sobre su dimisión o sobre el proceso para su sucesión, aún por abrir de manera oficial. Con el calendario en contra, su mano derecha, Filippo Faraguna, estudia solicitar una prórroga al Ministerio. Medel intenta ganar tiempo para atornillar cada detalle, fiel a su estilo, y el viento le sopla a favor: los dos despachos de abogados (Deloitte y Uría) elegidos por sorteo han declinado hacerse cargo del informe que ha de evaluar su idoneidad. El documento, según exige el Gobierno, debe pronunciarse «expresamente» sobre si Medel «sigue reuniendo los requisitos» para ostentar su cargo. Este informe tenía que estar listo, como muy tarde, el 24 de mayo, un objetivo improbable de cumplir, más aun cuando ni siquiera hay un bufete que haya aceptado el encargo.
Medel aprovecha el mar de fondo provocado por el incumplimiento de su propio compromiso de salir de forma inminente de la Fundación para seguir facilitando el ascenso del bloque asturiano en Unicaja Banco. Los cuatro representantes de la Fundación en el consejo de administración de la entidad (los dominicales Juan Fraile, Teresa Sáez, Petra Mateos-Aparicio y Manuel Muela, afines a Medel) se han alineado con la facción liderada por Menéndez, antiguo consejero delegado de Liberbank y número dos de la nueva Unicaja.
Entre los planes de esta alianza, según adelantó El Confidencial la semana pasada, figura preparar la salida de Azuaga, presidente de la entidad y principal representante de la antigua Unicaja. Esta estrategia precipitó la irrupción del alcalde, Francisco de la Torre, en la crisis por la que atraviesa el banco. «Manuel Azuaga simboliza la Unicaja que queremos. Y no conozco a Menéndez, pero simboliza la Unicaja que no queremos, la que quiere desligarse de sus orígenes, de sus raíces y de su alma, de Málaga y Andalucía. No la queremos», aseguró De la Torre, implacable contra Medel: «Queremos que se vaya cuanto antes de la Fundación y que el Patronato trabaje en la línea de apoyo a Azuaga y a la Unicaja que teníamos y que queremos que vuelva a ser».
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