José Sevilla, presidente de Unicaja, da las tres claves a vigilar para fomentar el ahorro

Reminiscencias de la pandemia este miércoles en el VII Congreso de Educación Financiera de Edufinet. Las condiciones meteorológicas provocaban que la organización cancelara la asistencia de público presencial y tanto la inauguración del evento como las ponencias previstas para la jornada tenían lugar on-line. Así que en el arranque del encuentro, en esta edición centrado en la ciberseguridad, José Manuel Domínguez, presidente de la Fundación Unicaja; Sergio Corral, director general deesa misma institución; Elisa Chuliá, de la UNED; y José Sevilla, presidente de Unicaja, realizaron sus intervenciones de forma telemática.

José Manuel Domínguez, en su ponencia, incidió en que el proyecto de extender la educación financiera nació de manera muy temprana en Fundación Unicaja, nada menos que en 2005, antes del estallido de la crisis de 2008 que manifestó de manera palmaria la necesidad de que la ciudadanía tuviera más conocimientos sobre el mundo económico y bancario. A juicio de Domínguez, la sucesión de acontecimientos que tuvieron lugar en la economía a partir de 2007 constituyó un «potente catalizador» para la extensión de la educación financiera. Y, pese a la cantidad de años que han transcurrido desde entonces, Domínguez insistió en que «hay indicios de que la cultura financiera aún es insuficiente», sobre todo en un contexto en el que están surgiendo «nuevos retos y problemas» alrededor de la tecnología, con los sesgos conductuales, los ciber-riesgos, las nuevas formas de fraude y la famificación.

En este sentido, el presidente de Unicaja, José Sevilla, destacó que si bien se han producido avances en la materia, que incluso está entrando en la agenda de las autoridades públicas, «aún queda mucho por recorrer». Se refirió a la evidencia que ofrece el Informe Pisa, que dice que los españoles se encuentran por debajo de la OCDE en conocimientos financieros. Sevilla agregó que la educación financiera es «clave» para una relación «más satisfactoria» y «más eficaz» entre los bancos y sus clientes, así como para favorecer un mejor entendimiento de las opciones de ahorro y de financiación.

Y Sevilla se centró, fundamentalmente, en el ahorro, porque sobre éste, dijo, han incidido dos informes publicados a escala europea, el Letta y el Draghi, que buscan las claves para el desarrollo de la Unión. Esos dos documentos, incidió el presidente de Unicaja, han concluido que el ahorro es «una fuente importante de crecimiento para la economía y para el progreso de las personas». Pero advirtió de que no se puede desgajar el fomento del ahorro de la educación financiera.

«Mi experiencia personal me dice que para fomentar el ahorro hay que reflexionar sobre tres aspectos», anunció, para a continuación desgranarlos. En primer lugar, el interés real, que es muy importante, porque es el que descuenta la inflación. En Europa, señaló, los tipos de interés reales han estado en negativo, porque la política monetaria ha sido expansiva. «Así es difícil promover el ahorro efectivo», valoró. En segundo lugar aludió a la diversificación como «la mejor forma de proteger el ahorro»: «Lo hemos visto en las crisis: si el ahorro estaba diversificado, su efecto fue mínimo». Y en tercer lugar hizo referencia a la relación entre el riesgo y la rentabilidad: por más que en muchos casos se ofrezcan «duros a pesetas», «la historia es muy pertinaz y demuestra que cuanto mayor es la rentabilidad ofrecida, más riesgo tiene esa inversión». «El desarrollo del ahorro es muy importante en Europa, pero ha de ser prudente y responsable; y además del aumento de los conocimientos de los ahorradores, se requiere asesorarse bien», agregó.

José Sevilla también hizo mención a la necesidad de formarse contra las ciberestafas. Y con esta idea enlazó Sergio Corral, que se refirió a cómo ha crecido la digitalización financiera y el empleo de los servicios digitales por parte de los clientes bancarios: «La educación financiera es una herramienta imprescindible que abarca todos los aspectos de la vida. Debemos enseñar a las personas a gestionar sus recursos y a protegerse. Con el crecimiento de la digitalización, cada vez están más expuestas a los riesgos», concluyó.

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