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Después de desempeñar un papel «fundamental» para la economía española durante el último año de pandemia, facilitando que la liquidez fluyera hacia negocios y familias, la banca se enfrenta a sus propios retos, de los cuales solamente una parte -los que tienen que ver con el predecible aumento de la morosidad- se pueden achacar a la Covid. Otros, como son la digitalización, la competencia de nuevos actores, la rentabilidad en un entorno de intereses negativos o la crisis reputacional, vienen de más atrás, viéndose eso sí acelerados y acuciados por la pandemia. De la tormenta perfecta que afronta el sector bancario han hablado esta mañana en Málaga en un foro organizado por SUR la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado; y el director general de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), José María Méndez; con el director de este periódico, Manuel Castillo, como moderador del encuentro.
Durante la charla, que se ha celebrado en el Museo Picasso Málaga con un público muy reducido y se ha retransmitido en directo a través de Sur.es, Margarita Delgado ha destacado que la banca ha «contribuido de una manera muy positiva a hacer llegar la liquidez necesaria» a familias y empresas a través de los préstamos con aval del ICO, que han sido «un éxito gracias a la capilaridad y a la capacidad de gestión de riesgos del sistema bancario español». «Se ha conseguido en un tiempo récord inyectar más de 126.000 millones de euros en la economía a través de un millón de operaciones, el 98% de las cuales han beneficiado a autónomos y pymes con un importe medio inferior a 90.000 euros», ha afirmado.
Ahora, ha advertido la subgobernadora, toca controlar los riesgos asociados a esos préstamo para evitar que el previsible aumento de morosidad que va a producirse afecte a la solvencia de los bancos y la crisis económica acabe siendo una crisis financiera. «Animamos a la entidades a seguir vigilantes y utilizar todo tipo de alertas tempranas ante posibles impagos. Si eso lo hacen adecuadamente conseguiremos que el impacto sea mínimo, no haya restricción de crédito y los bancos mantengan su nivel de solvencia», ha explicado.
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Para José María Méndez, el papel del sector para mitigar los efectos de la crisis ha sido «encomiable». «Los créditos con aval del ICO son un ejemplo muy eficaz de colaboración público-privada. Y no olvidemos otras medidas: se han concedido un millón y medio de moratorias que han inyectado 60.000 millones de euros adicionales a la economía, durante el confinamiento las entidades acordaron no cobrar comisione por retirada de efectivo en cajeros y se llegó a un acuerdo con el Ministerio de Trabajo para anticipar el cobro de prestaciones de desempleo y ERTE, que se ha materializado en 90 millones de operaciones», ha desgranado el director general de la CECA. Precisamente esta última iniciativa es la que mayor repercusión reputacional positiva ha tenido para la banca.
Los dos protagonistas del encuentro coinciden en separar los retos derivados de la pandemia de los intrínsecos del negocio bancario. «Hay que distinguir entre lo que ya existía y que se ha acelerado, como es el proceso de transformación digital y del modelo de negocio, y los efectos directo de la pandemia. Ante de la pandemia el sector ya afrontaba la necesidad de repensar el modelo de negocio por efecto de una serie de cambios derivados de la digitalización. Esas tendencias se han acelerado y la mayoría de los bancos, si no todo, están repensando sus planes estratégicos».
Méndez ha añadido el problema de la rentabilidad: «Llevamos diez años de tipos de interés negativo y eso obliga a un cambio de modelo de negocio porque las entidades basaban su rentabilidad en márgenes y no en comisiones», ha explicado, añadiendo otro reto: la presencia de «nuevos entrantes» que quieren trozos del pastel bancario, como las 'fintech', las 'big tech' o los fondos de capital riesgo. «La gran preocupación es la rentabilidad y la sostenibilidad del sector; estamos en una encrucijada», ha reforzado Delgado.
¿Cómo están respondiendo las entidades ante estos retos? Para empezar, realizando cuantiosas inversiones en su transformación digital, que «son caras e impactan en la cuenta de resultados», según ha reconocido Méndez, pero «a largo plazo generarán eficiencia». En este punto, la subgobernadora del Banco de España ha pedido a las entidades que estas inversiones las hagan «con criterio, sin hacer locuras ni meterse en productos que no entienden ni controlan ni son adecuados para sus clientes». Sí ha insistido en la necesidad de concentrarse en el análisis y gestión de los datos, fundamentales para ofrecer a los clientes productos y servicios adecuados a su perfil. «Los banco tienen una fortaleza y una ventaja competitiva: los datos y el 'know how' en la gestión de riesgos», ha opinado.
Además, las entidades están avanzando hacia «una estructura de costes más pegada al cliente, una estrategia orientada no hacia lo productos y canales sino hacia el cliente, con más asesoramiento que ejecución», según el director general de la CECA. Y sí, inevitablemente también las fusiones y absorciones son palancas que van a seguir estando sobre la mesa por su capacidad para generar sinergias y ahorro de costes. «Cara al futuro no me atrevo a vaticinar si habrá más [fusiones]. Las fusiones son una palanca más, pero no la única, para ganar eficiencia», ha añadido Delgado.
La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, afirma que hay «margen de mejora» en la gobernanza de entidades y fundaciones bancarias y considera este aspecto «clave» para garantizar su sostenibilidad. «La gobernanza es un elemento intangible, pero es fundamental en épocas de crisis. Siempre he abogado por mejorar los mecanismo de gobernanza. Hay rango de mejora en todos los aspectos, desde la composición de lo consejos de administración hasta la calidad de la información que reciben, las políticas de riesgo… Y hay otro elemento fundamental que es la cultura, es un tema muy complejo y difícil de cambiar pero los supervisores estamos presionando porque es clave», ha argumentado.
Los representantes del sector no han rehuido el espinoso tema de los recorte de personal y oficinas, pues reconocen que es otra de esas «pocas palancas» para potenciar la rentabilidad a futuro. Margarita Delgado ha echado la vista atrás para justificar la necesidad de un «ajuste de capacidad instalada» del sector bancario en España: «Durante la burbuja financiera el crédito creció de manera desatada durante años, hasta situarse por encima de un billón de euros en el caso de las empresas. Desde 2008 se ha producido un proceso de desapalancamiento; ahora no llegamos a los 500.000 millones. Esos desequilibrios devinieron en un exceso de capacidad instalada y desde entonces se han cerrado el 50% de la oficinas y la plantilla de la banca se ha reducido un 40%. Ahora estamos en una situación más parecida a la de países de nuestro entorno», ha argumentado.
Para Méndez, «la única forma de que el sector financiero sea sostenible es que sea rentable. Y en el último año la rentabilidad media de los bancos en Europa ha pasado del 5,7% al 2%. Es un nivel muy bajo y requiere de medida ambiciosas para reducir la capacidad instalada y recuperar la eficiencia». «Las entidades tratan de acometer estos ajustes de forma dialogada con los representante de trabajadores y las autoridades están velando por el interés general, insistiendo en mantener oficinas en poblaciones que corren el riesgo de quedar desatendidas», ha añadido, aunque advirtiendo de que la «España vaciada no es un problema de la banca; es un problema muchísimo más profundo».
La competencia que plantean los denominados «nuevos entrantes» a los bancos ha sido también analizada en el encuentro. «Efectivamente asistimos con preocupación a la irrupción de nuevos entrantes que no replican el modelo de banca universal, sino que se especializan en trozos de esas cadenas de valor y eso les sirve para escapar de la regulación», ha advertido Méndez. En este sentido, la subgobernadora del Banco de España ha dejado clara su postura a favor de una regulación de estas actividades. «En la UE se está trabajando en la regulación de este nuevo fenómeno. Nosotros decimos: misma actividad, mismos riesgo, misma regulación», ha afirmado.
Margarita Delgado ha advertido específicamente contra los criptoactivos que tan de moda están: «No es dinero, no está respaldado por nada, podría ser algo parecido a una inverión muy inestable, con mucha volatilidad y con una fluctuaciones increíbles que se producen simplemente por declaraciones de un personaje famoso», ha explicado.
Tanto Delgado como Méndez se han declarado europeístas y han mostrado su deseo de que la UE avance en la unión bancaria, que pivotará sobre tres ejes: un mecanismo único de supervisión, un mecanismo único de resolución para entidesdes con problemas de solvencia y un fondo de garantía de depositos que garantice 100.000 euro por persona y banco. Son estos dos últimos los que más obstáculos tienen por resolver. «Ahora hay un proyecto nuevo que ha propuesto la presidencia portuguesa, que no es un fondo de garantía único, pero es un avance...», ha indicado Méndez, señalando que le gustaría un avance más rápido.
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