El alcalde de Málaga irrumpe en la crisis de Unicaja Banco: «Menéndez simboliza lo que no queremos»

La publicación de estos planes ya ha provocado las primeras reacciones. La primera, y más visceral, ha venido de la mano del alcalde, Francisco de la Torre. Preguntado por este periódico, el primer edil de Málaga se ha mostrado «absolutamente en contra» de la salida de Azuaga del banco: «Manuel Azuaga simboliza la Unicaja que queremos. Y no conozco a Menéndez, pero simboliza la Unicaja que no queremos, la que quiere desligarse de sus orígenes, de sus raíces y de su alma, de Málaga y Andalucía. No la queremos». El alcalde se manifiesta implacable contra Medel: «Si Medel ha trabajado en ese camino (en referencia a planear la salida de Azuaga), ha hecho muy mal. Queremos que se vaya cuanto antes de la Fundación y que el Patronato trabaje en la línea de apoyo a Azuaga y a la Unicaja que teníamos y que queremos que vuelva a ser».

De la Torre siempre se ha mostrado crítico con la alteración del acuerdo de fusión alcanzado entre Unicaja y Liberbank. El canje establece que la entidad malagueña se quede con casi un 60 por ciento del capital al tener mayor envergadura que Liberbank, que retiene el 40 por ciento restante. Por eso el nuevo banco fusionado, el quinto más importante de España, mantiene el nombre de Unicaja y su sede social en Málaga. Pero la escalada de poder del bloque asturiano, facilitada por los consejeros afines a Medel (Juan Fraile, Teresa Sáez, Petra Mateos-Aparicio y Manuel Muela, representantes de la Fundación en el consejo de administración del banco), ha subvertido ese acuerdo. Con su voto, estos consejeros dominicales han provocado el trasvase de servicios a otras provincias como Madrid y Gijón y una espantada de cargos medios de la antigua Unicaja.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, denunció en marzo «un vaciado de funciones» que amenaza con desmantelar la sede malagueña del banco. Ahora De la Torre también vuelve a referirse a esa alteración del acuerdo alcanzado en el proyecto de fusión: «Unicaja tendrá en cuenta la realidad asturiana, pero no puede olvidar la proporción del 60 y 40 por ciento». El alcalde critica «que en los puestos directivos de segundo nivel hayan sido nombradas personas que no tienen la cultura de la Unicaja de antes».

También el secretario general del PSOE en Málaga, Dani Pérez, reivindica que los patronos «tengan claro que su objetivo es defender que Unicaja es una entidad andaluza con sede en Málaga» y recuerda que Medel «se someterá a una auditoría a petición del Protectorado de las fundaciones bancarias, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos». Encerrado en ese laberinto, cuestionado por el propio Gobierno, Medel anunció su salida de la Fundación en pleno Jueves Santo, pero aún no ha puesto fecha a su dimisión. De hecho, en el orden del día del Patronato convocado este jueves no figura referencia alguna a esta decisión.

Los planes de Menéndez, en alianza con Medel, para forzar la salida de Azuaga, según publica El Confidencial, vuelven a evidenciar la profunda crisis interna que atraviesa el consejo de administración de Unicaja Banco, totalmente dividido. En los últimos meses han dimitido tres consejeros independientes (Manuel Conthe, Ana Bolado y Manuel González Cid), situación que encendió las alarmas entre los supervisores financieros como el Banco de España (BdE), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El BCE ha instado a Unicaja a recuperar el equilibrio de consejeros independientes perdido en esta crisis de gobernanza. Este requerimiento habría sido aprovechado por Menéndez para trazar, siempre según El Confidencial, la salida de Azuaga.

Bolado ya tiene sustituta en el consejo: Carolina Martínez-Caro, exjefa de Julius Baer en España y propuesta por dos consejeros dominicales de la Fundación pese a ocupar su sillón como consejera independiente. La salida de Conthe se produjo para permitir la entrada de Mayoral, con un ocho por ciento del capital. Conthe dimitió en pleno debate sobre quién debía salir del consejo después de que sobre la mesa se pusieran dos posibilidades: que renunciara el inversor mexicano Ernesto Tinajero, con menos de un tres por ciento del capital del banco y que ya era accionista de Liberbank antes de la fusión, o que lo hiciera un independiente. Finalmente dimitió Conthe, aunque disconforme con la decisión acordada. En aquella reunión, marcada por la tensión, ya se vio en peligro la presidencia de Manuel Azuaga.

La única vacante sin ocupar es la de González Cid, exdirectivo de BBVA y que en los últimos meses había ejercido como coordinador de los consejeros no ejecutivos, haciendo de contrapeso de los ejecutivos. Hace semanas que el banco inició el proceso para cubrir la sorprendente dimisión de González Cid, que justificó su decisión por su «desacuerdo en el desarrollo de la gobernanza» de Unicaja. Pero el BCE recuerda que la entidad se comprometió a que el número de independientes no bajara del 40 por ciento del consejo, por lo que haría falta otro independiente incluso tras la sustitución de González Cid.

Unicaja y Liberbank acordaron en su fusión que Azuaga sería el presidente ejecutivo y Menéndez ocuparía el puesto de consejero delegado, con el pacto de que en un plazo de dos años, aún sin agotar, el malagueño dejaría de ser ejecutivo y el asturiano sometería su continuidad al consejo. Era una forma de calmar las tensiones internas que surgieron durante el proceso de fusión. Pero ahora Menéndez trataría de adelantar la salida de Azuaga, que allanaría su camino hasta escalar como primer ejecutivo del banco. Se produciría la paradoja de que el primer cargo de Unicaja procedería de Liberbank pese al canje establecido.