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Los 'riders' se han convertido en una pieza más del paisaje urbano de Málaga. A las horas de comer y de cenar, especialmente los fines de semana, es habitual verles, cargados con sus grandes mochilas cúbicas, esperando pedidos a la puerta de restaurantes o recorriendo a toda velocidad las calles. Detrás de este fenómeno en auge, el del reparto de comida a domicilio, hay un modelo de relación laboral cargado de polémica contra el que ya se están rebelando sus propios protagonistas. Las principales empresas del ramo no sólo afrontan demandas judiciales e inspecciones de trabajo en las diferentes ciudades donde operan, sino también protestas laborales que, eso sí, son atípicas, ya que los repartidores son trabajadores autónomos y, por tanto, no pueden hacer una huelga convencional. Esta rebelión de los 'riders' ha llegado ya a Málaga, donde los transportistas de Glovo están llamados a un paro entre las 21 y las 23 horas del próximo domingo para protestar contra las «condiciones esclavas de trabajo» que aseguran tener.
Esta huelga 'sui generis' está inspirada en la que protagonizaron los 'glovers' –así denomina la propia compañía a sus repartidores– de Zaragoza el pasado 9 de septiembre. Lo que hicieron fue no atender los pedidos que les llegaron durante las horas de mayor demanda, con lo que consiguieron colapsar la aplicación. En días posteriores, la empresa se avino a negociar mejoras con ellos. Visto el éxito de la protesta, el pasado domingo se celebró una parecida en Madrid y hoy está convocada una en Barcelona. Los 'riders' de Málaga tienen sus miras puestas en este domingo. «Los entre 80 y 100 'riders' de Glovo en Málaga están llamados a hacer un parón el domingo entre las nueve y las once de la noche para exigir a la empresa que se reúna con nosotros; si no lo hace, seguiremos con los parones», afirma un portavoz de los repartidores que prefiere no revelar su nombre.
Desde Glovo están convencidos que «los repartidores que se manifiestan no representan a la mayoría». Fuentes de la empresa aseguran que las encuestas internas muestran que la «gran mayoría» de los repartidores están «satisfechos» con la plataforma. Aclaran que, al ser una plataforma de economía bajo demanda, los repartidores cobran por pedido realizado y no por hora de colaboración. «La ganancia media por pedido de los repartidores de Málaga está dentro de la media del país», aseguran. De momento, Glovo no tiene previsto sentarse a negociar: «No obstante seguimos estando dispuestos a escuchar a los repartidores, como hemos hecho hasta ahora».
La principal reivindicación de estos trabajadores es una subida retributiva, ya que aseguran que cobran cada vez menos y que sufren agravios comparativos respecto a los repartidores de otros municipios. «No entendemos que en otras ciudades haciendo el mismo trabajo ganen más que nosotros, cuando según la empresa Málaga es la que mejor números da», apunta. Piden un aumento del precio por kilómetro y también un ajuste de tarifas en función de la dificultad de los pedidos. Por ejemplo, plantean que se les pague más por hacer compras en supermercados.
Los 'riders' malagueños también exigen a la compañía que deje de incorporar nuevos repartidores, ya que con los que hay actualmente «se cubren las necesidades del servicio sobradamente». Según su versión, en los últimos meses Glovo ha multiplicado su equipo en Málaga, de forma que el mismo trabajo se reparte entre más personas, con el resultado de que cada vez «es más difícil ganar un dinero decente a final de mes», explica su portavoz, que pone como ejemplo su propia experiencia: «Empecé facturando 7.000 euros al trimestre y ahora no llego ni a 3.000. Si se descuenta la cuota de autónomos, el IRPF y el IVA, la mayoría no llega ni a 800 euros al mes por estar 13 horas tirados en la calle», resume.
Además, los empleados demandan la presencia permanente de un responsable territorial de Glovo en Málaga para solucionar los problemas que les surgen a diario en su trabajo. Actualmente, según ellos, hay un directivo que se reparte entre varias ciudades.
La Inspección de Trabajo tiene bajo la lupa a Glovo, Deliveroo y demás plataformas de reparto a domicilio que funcionan con trabajadores autónomos. Según confirman a SUR fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Málaga, el organismo dependiente del Ministerio de Empleo está desarrollando una investigación coordinada en diferentes ciudades españolas, incluida Málaga, para determinar si los repartidores de estas 'apps' son falsos autónomos. Lo cierto es que la Inspección de Trabajo ha resuelto ya en varias ocasiones contra el modelo laboral de estas empresas, obligándolas a dar de alta en la Seguridad Social a sus repartidores. Sin embargo, las compañías han recurrido estas decisiones. La cuestión de si los 'riders' son verdaderos o falsos autónomos está, pues, en manos de los jueces, no sólo por estos recursos presentados contra la Inspección, sino por las demandas judiciales que han interpuesto repartidores de las mencionadas plataformas. Precisamente anteayer Glovo daba a conocer que un juzgado de primera instancia de Madrid ha declarado recientemente que sus repartidores no son falsos autónomos, al igual que ha hecho la Justicia italiana hace unos días. Sin embargo, hay también sentencias que dicen lo contrario, por lo que habrá que esperar a ver qué dicen las instancias superiores.
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