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Ni siquiera la primavera bastante húmeda que ha registrado la provincia ha conseguido alejar el fantasma de la sequía para el sector de los subtropicales ... de la Axarquía, sobre el que vuelve a pender la espada de Damocles de la falta de recursos hídricos. Con un embalse de La Viñuela a apenas el 31,5% de su capacidad, con 52 hectómetros cúbicos, casi 14 menos que hace justo un año, los productores de aguacates y de mangos miran «con resignación y una gran incertidumbre» al futuro más inmediato, conscientes de que si no llueve a la vuelta de los meses de más calor, la situación se volverá crítica.
«Por el momento se van a poder regar las fincas como el año pasado, con una dotación de 3.000 metros cúbicos por hectárea, pero el embalse está mucho más bajo que hace un año, y todos sabemos que si no hay lluvias en otoño, la prioridad es el consumo humano«, asegura el presidente de la Asociación Española de Productores de Frutas Tropicales, Javier Braun. La organización, creada en 2012, suma 400 agricultores de Málaga, Granada, Cádiz, Huelva y Valencia.
163,65 millones de euros facturó el sector subtropical en la provincia en 2020, un 18,83% más que en 2019, a pesar de la pandemia. El aguacate, con 131,64 millones, en el principal, seguido del mango, con 32 millones.
Fruta de importación. A estas cifras hay que sumar las cantidades que se importan de Sudamérica y África, para mantener las ventas durante todo el año en Europa.
15.000 son los empleos directos que genera el sector subtropical en la provincia a lo largo del año, según la Asociación Española de Productores. Hay empresas muy potentes, como Frutas Montosa y Trops, con facturaciones por encima de los 120 millones de euros al año.
Empleos indirectos. Además del envasado, procesado y comercialización, el sector subtropical genera miles de puestos de trabajo en viveros de plantones, empresas de suministros, vigilancia, etc.
«Nos sentimos impotentes y cansados de demandar agua a los políticos de la Junta, llevamos años advirtiendo de que no podemos estar sólo pendientes de que llueva, que hay que hacer obras de emergencia, que los productores estamos dispuestos a asumir parte de las inversiones, pero no nos dejan, no se ponen de acuerdo sobre lo que podemos hacer», se queja Braun, quien pone como ejemplo que, de las alrededor de 60 comunidades de regantes que se abastecen del sistema de La Viñuela, «con papeles y totalmente legalizadas apenas hay una decena». «Primero nos dijeron que se iba a crear una Junta Central de Usuarios, y ahora, después de varios años de papeleos y de trámites, nos dicen que mejor dos, pero todavía no hay nada«, apostilla.
En la comarca oriental se calcula que hay ya más de 13.000 hectáreas de cultivo, de las que unas 8.000 son de aguacates y 5.000 de mangos. Y la superficie no deja de crecer, a pesar de las restricciones y de la falta de recursos hídricos. Basta recorrer la autovía desde Rincón de la Victoria hasta Nerja, o incluso cruzar a la Costa Tropical granadina para comprobar como continúan los desmontes, con maquinaria pesada, para sembrar más y más fincas. El mejor ejemplo de que la demanda continúa al alza es que en gran parte de los viveros hay incluso listas de espera de hasta un año para conseguir plantones. «Es un cultivo rentable y la gente lo sabe, hay demanda en Europa, que no deja de crecer, a un ritmo de entre el 8 y el 10% anual», sostiene Braun.
Atrás quedaron los años muy húmedos, como hace ahora justo una década, cuando en mayo de 2011 el embalse de La Viñuela llegó a desembalsar. El episodio se repitió en noviembre de 2012. Aquellas imágenes, en plena crisis, impulsaron a cientos de inversores a apostar por el aguacate y el mango, un 'oro verde y tropical'. Desde entonces, todo ha sido caída, con descensos muy acusados como el de 2017, cuando la dotación para el regadío se redujo a 2.000 metros cúbicos por hectárea. «La gente llegó incluso a plantearse cortar árboles», recuerda.
Por su parte, el Gabinete de Estudios de la Naturaleza (GENA)-Ecologistas en Acción lleva varios años advirtiendo de «un colapso hídrico provocado por una burbuja de los subtropicales». Según un estudio publicado el pasado año, utilizando datos de 2017, la agricultura de la comarca oriental consume mucha más agua de la prevista en el Plan Hidrológico (86,15 hectómetros cúbicos). En concreto, estiman el exceso en 14,43 hectómetros cúbicos. «Es insostenible, hay que evitar que se sigan sembrando más fincas y realizando desmontes de tierras de secano», asegura Rafael Yus.
El sector cuenta con al menos una docena de empresas de grandes dimensiones, que facturan cada una más de diez millones anuales, con casos como Frutas Montosa y Trops, con cifras por encima de los 130 en 2020. No sólo venden la fruta local, sino que se abastecen todo el año con la importación de Sudamérica y África. «Somos un sector muy dinámico, creamos mucho empleo», defiende Sigfrido Molina, fundador de Sigfrido Fruit, que ha comercializado 5.000 toneladas y facturado 12 millones de euros. «O nos encomendamos a los dioses para que llueva o no sé qué vamos a hacer, porque las obras no se han hecho», dice.
La Junta anunció que aprobaría un decreto de sequía en el primer trimestre del año pero aún no lo ha hecho. Se espera en las próximas semanas. Este documento permitirá sumar unos cinco hectómetros de los pozos del río Chíllar, en Nerja, a la red de abastecimiento de Axaragua. Además, sigue pendiente el uso de 6,5 hectómetros de aguas regeneradas de las depuradoras de Vélez-Málaga y Algarrobo. Los agricultores son «reacios» a su uso para subtropicales y hortícolas. Está en obras un 'by-pass' en Churriana para traer más agua desde La Concepción a la red de abastecimiento de la Axarquía.
Con el embalse de La Viñuela en situación de alerta de sequía por las bajas reservas, de apenas el 31,5% de su capacidad, con 52 hectómetros cúbicos, el sector del subtropical de la Axarquía mira con resignación a los próximos meses, que son los de más calor, cuando más hay que regar las fincas para evitar que se pierdan las cosechas, y a la vez cuando más agua se consume entre la población por la vuelta del turismo tras el Covid.
A pesar de que la Junta de Andalucía ha mantenido la asignación de 3.000 metros cúbicos por hectárea, los agricultores tienen que extremar el cuidado con los riegos este verano, conscientes de que si no llueve de aquí a final de año las más de 13.000 hectáreas de cultivos de la Axarquía, fundamentalmente mangos y aguacates, corren peligro.
Por ello, hay experiencias innovadoras de eficiencia en los regadíos en la zona que resultan muy llamativas, como la gestión a través de la tecnología de la llamada agricultura de precisión, desarrollada por la empresa AgriSmart data, que supone todo un ejemplo de las ventajas que implica el uso de las nuevas tecnologías en el cultivo de subtropicales y la agricultura en general, ya que permite gestionar de la forma más efectiva y eficaz el agua, recurso escaso y clave para el desarrollo de la sociedad.
Conjuntamente con la mayor cooperativa de la zona, Trops, han conseguido cultivar aguacates de la variedad Hass, la más abundante en España, con menos de 350 litros de agua por kilo de fruta cosechada. Esta cifra supone «un récord mundial» en base a los datos conocidos de entre 600 y 700 litros por cada mil gramos. «Este importante hito» se ha conseguido gracias al desarrollo y uso de tecnologías de monitoreo y control para la gestión y planificación del riego, realizado durante más de tres años de ensayos llevados a cabo por el departamento técnico de Trops, con sede en Vélez-Málaga y AgriSmart data.
«La capacidad del equipo iTelemeter (AgriSmart data), de tomar el control del riego de forma automática, el desarrollo de los algoritmos que lo rigen, unidos a la monitorización constante del crecimiento del árbol y el microclima de la explotación, han permitido realizar un riego muy eficiente, minimizando las situaciones de estrés del árbol de forma que se obtiene la máxima productividad posible con la asignación de los recursos hídricos disponibles», explicaron desde Trops.
A juicio de la firma veleña que agrupa ya a más de tres mil agricultores de toda España, la agricultura de precisión «supone un gran avance» en el objetivo marcado dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) prioritarios, como es el número seis, de agua limpia y saneamiento.
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