Regantes de la Axarquía piden desaladoras portátiles como solución provisional ante la escasez hídrica

La situación más dramática en el campo se sigue viviendo en la Axarquía, donde los regantes del Plan Guaro no disponen de recursos del embalse de La Viñuela desde el pasado 1 de octubre. Para tratar de exigir soluciones y hacer un frente común en el sector primario, a principios del pasado julio se constituyó la denominada Plataforma en Defensa de la Agricultura en la comarca oriental. A su puesta de largo en la sede de una de las grandes empresas del sector tropical, la sociedad Trops, con sede en Vélez-Málaga, acudieron más de un centenar de personas, entre los representantes de 13 comunidades de regantes, las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG, y los ayuntamientos de Benamargosa, Alcaucín y Vélez-Málaga, en este último caso con el edil de Vox en la oposición, Javier Herreros.

Posteriormente, en agosto celebraron otra asamblea en Benamargosa. De ahí salieron nuevas reivindicaciones y propuestas, que han empezado a trasladar ya a las administraciones públicas en una ronda de reuniones. En concreto, los representantes de la plataforma se están reuniendo con los ayuntamientos de la comarca oriental para pedirles su apoyo institucional ante la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Oriental-Axarquía, la empresa pública de esta entidad, Axaragua, y la Diputación, para la instalación de desaladoras portátiles ante la situación de sequía extrema, como medida provisional hasta que se construya la desaladora proyectada en la zona.

Los regantes de la comarca oriental malagueña aluden a lo ocurrido hace ahora dos años con la erupción del volcán en la isla canaria de La Palma. Entonces el Gobierno central dispuso una serie de barcos con desaladoras para abastecer a la población del archipiélago y poder regar también los cultivos de plátanos que se habían quedado sin suministro por la irrupción de la lava.

Igualmente, entre las reivindicaciones de los regantes de la Axarquía aparecen una «reorganización de las zonas de cultivo y de los recursos hídricos existentes para salvar lo puesto», además de «estudiar la relación entre calidad y precio de las aguas regeneradas» y solicitar nuevas ayudas económicas para los agricultores. Esta plataforma también apuesta, entre otras cosas, por un «compromiso» de los propios agricultores en materias como la «actualización de los cultivos» y una participación más activa de los mismos «donde podemos», caso de ayuntamientos, organizaciones agrarias, comunidades de regantes y juntas de usuarios.

Desde la plataforma también insisten en «no criminalizar» a los agricultores ante una «situación dramática, con mala gestión en este episodio de sequía y con culpables encubiertos». Para la plataforma, «lo importante es que las soluciones hay que buscarlas entre todos y los agricultores pintamos muy poco». «La gente lo está pasando realmente mal, los ánimos están muy caldeados, hay gente que está viendo cómo se les están secando sus fincas de aguacates y de mangos, en las que han hecho inversiones muy importantes en los últimos años, por no poder disponer de agua de los pozos o porque no llegan las regeneradas de la depuradora de Vélez-Málaga», explica Antonio Miguel Hijano, coordinador provisional de la plataforma.

Este agricultor es además concejal de Deportes, Educación, Sanidad y Agricultura en el Ayuntamiento benamargoseño por el PSOE y forma parte de la Asociación para la Defensa de los Agricultores y su Entorno (Adae) de las riberas de Benamargosa y El Salto del Negro de Cútar, constituida hace cuatro años y que agrupa a alrededor de un centenar de vecinos.

«Vamos a dar dos pasos más en esta lucha, en nuestra hoja de ruta, por un lado concentrarnos para exigir soluciones a las administraciones públicas, tanto a la Junta de Andalucía como al Gobierno central, y por otro plantear nuestras reivindicaciones», sostiene Hijano, quien lamenta que exista «un maremágnum de normativas, competencias y leyes, que hacen que la desaladora, por ejemplo, lleva ya más de dos años de retrasos y que el agua regenerada cueste a los agricultores un dineral».

Así, entre las reivindicaciones de la plataforma están que «se reconozcan las zonas de cultivo ya existentes y se respeten, que se controlen e impidan nuevas plantaciones si no tienen garantizados los recursos hídricos», para los que piden además «una gestión más adecuada, con caudales ecológicos en los ríos, el impulso de una desaladora y que las aguas regeneradas de las depuradoras lleguen a todas las fincas». «Culpables de esta lamentable situación no solo somos los agricultores, hay muchos más, la solución pasa por la regularización de la situación y porque cada uno asuma su parte de culpa», reflexiona Hijano.

En el conjunto de la Axarquía la Junta reconoce que existen unas 14.000 hectáreas de cultivos subtropicales, de las que 6.306 están situadas dentro del Plan Guaro, por debajo de la cota de 140 metros de altitud sobre el nivel del mar y son las únicas que tenían derecho a recibir agua para el riego desde la presa viñolera.

Las casi 8.000 hectáreas restantes tenían, en teoría, que valerse de sus pozos. Sin embargo, en la comarca oriental el sector admite, en privado, que se hacían rebombeos por encima de la cota legal. Con el corte del embalse, las aguas regeneradas están alcanzando, de momento, a unas 3.200 hectáreas. Concretamente, llegan a las 2.700 de la margen derecha del río Vélez, y a unas 500 en Torrox.

En Algarrobo, otras casi 800 hectáreas siguen a la espera de poder usar el agua regenerada de la depuradora del pueblo, ya que está arrojando altos niveles de salinidad, que impiden su uso. Para el mes de septiembre está previsto que se puedan sumar otros 11 hectómetros cúbicos de las depuradoras del Peñón del Cuervo y Rincón de la Victoria.