Mari Carmen Navas, Presidenta de la Federación Provincial de Pescadores

«Cada día se hace menos atractivo dedicarse a la pesca, todo son trabas burocráticas»

-¿En qué situación está la flota?

-En Málaga se mantienen operativos unos 250 barcos, repartidos entre los puertos de Caleta de Vélez, la capital, Fuengirola, Marbella y Estepona. De estos, unos 40 son arrastreros, de los que la mitad está en el puerto de Caleta. La mitad del total son de artes menores y el resto son de cerco, con unos 85. En total, el sector da empleo a 1.300 personas y a 5.000 indirectos. Hace una década había más de 300 barcos, por lo que se han desguazado o vendido a otros puertos alrededor de medio centenar

-¿Cuáles son los cambios principales que afectan a la pesca?

-El arrastre es el que se está viendo más afectado, con una reducción del 42,5% de los días de faena hasta 2025, pero ya se ha alcanzado. De media están faenando apenas 130 días, cuando hace unos pocos años eran más de 160 días. Para colmo las ayudas por las paradas biológicas se han recortado, a 30 días por veda y otros 22 por la reducción del esfuerzo pesquero, pasando de 70 días con ayudas a 52. En el arte menor del marisqueo se han modificado las zonas de producción y se ha declarado como 'B' la que va desde puerto de Málaga a Caleta de Vélez, de manera que ahora tienen que depurar las capturas en el puerto de Fuengirola, con lo que eso conlleva. Los barcos tienen que estar en el puerto a las 11.30 horas, porque si no, no les da tiempo a llegar. Y luego en las capturas del atún no todas las embarcaciones están dentro del censo, por lo que aunque hay más volumen de la especie no se han subido las capturas.

-¿Qué soluciones plantean?

-Para el tema de la depuración del marisco estamos a la espera de que se construya la nueva lonja del puerto de Caleta de Vélez. Es un proyecto que se inició en 2020, pero aún no está terminado de elaborar. No sabemos los plazos exactos que maneja la Junta. Es una inversión de hasta seis millones de euros. Necesitamos esa nueva lonja cuanto antes y también una lonja provisional, mientras se ejecutan las obras.

-¿Cómo están los precios?

-Fluctúan mucho, los lunes son los mejores días, pero por ejemplo para el cerco una caja de boquerones o sardinas puede pagarse a 25 ó 30 euros un día y la misma caja pasar a valer 7 ó 8 euros al día siguiente. Depende de las capturas de las otras zonas. En el caso del arrastre, el pulpo, la gamba y la merluza son las especies que mejor se están pagando y está habiendo buenas capturas cuando pueden salir a faenar.

-¿El verano es buena época?

-Sí, sin duda, por la llegada de las turistas y el tirón de la hostelería. También las Navidades son buenas, hay más capturas y suben los precios. Pero hay mucha competencia de terceros países, entra pescado de todo el mundo.

-¿Cómo están los costes de producción para los pescadores?

-El combustible está algo más bajo, a entre 70 y 75 céntimos el litro, pero el resto de costes no han dejado de subir, el aceite, la Seguridad Social... La viabilidad no es sobresaliente, está muy comprometida. El cerco, por ejemplo, lo está llevando peor, porque de media son diez tripulantes por barco, eso son 4.000 euros de seguros sociales, más otros 4.000 de gasoil, muchos están hipotecados para pagar los barcos, que sufren averías y requieren un mantenimiento. Con los precios tan fluctuantes se está comprometiendo mucho la rentabilidad de las embarcaciones. En el caso del arrastre lo que más le afecta son los cambios normativos, con los recortes en los días que pueden salir a faenar.

-¿Es rentable la pesca?

-Vivimos, que no es poco. No queremos dedicarnos a otra cosa, pero cada día las trabas son más grandes, hay mucha burocracia, problemas continuamente, ahora han puesto una nueva normativa para la contratación de los trabajadores extranjeros. Al final el que menos dedicación tiene para todos estos asuntos es el propio armador. Los políticos de Andalucía y España tratan de ayudarnos, pero al final la que decide es Europa, con la Política Pesquera Común, y el último comisario que ha habido ha ido reduciendo cada vez más los días de pesca. Son medidas más políticas que técnicas.

-¿Cómo afecta el cambio climático al sector pesquero?

-Estamos notando un crecimiento de las especies, con reproducciones en momentos distintos del año. Nosotros notamos eso, pero los informes de los científicos no avalan esa mejoría, dicen que se ha aumentado la biomasa, pero que todavía es insuficiente. La subida de la temperatura del agua y la contaminación afectan mucho a todo esto. En la Axarquía se han reducido los vertidos de aguas regeneradas al mar, porque se están usando para regar las fincas de aguacates y mangos. Aunque en la costa puedan verse más peces últimamente, eso es porque son las zonas de cría, donde vienen a refugiarse los peces, pero es que los barcos faenan a, al menos, 37 metros de profundidad en el caso del cerco y a 50 metros, como mínimo, los arrastreros. El arte menor es muy selectivo. Luego está el tema del tráfico marítimo en el Estrecho de Gibraltar, que cada vez es mayor, y el proyecto de los aerogeneradores, que aún no sabemos cómo nos va afectar, si se van a cerrar muchas zonas de pesca.

-¿Está garantizado el relevo generacional en el sector?

-Está mal, la media de edad de los trabajadores todavía es buena en algunos puertos como Caleta de Vélez, pero cada día se hace menos atractivo que la gente se dedique a la pesca. Todo son trabas burocráticas, como lo último que nos han impuesto de los trabajadores extranjeros, que tienen que venir con la documentación de su país.