Preocupación por los efectos del terral en las cosechas de aguacates y mangos en la Axarquía

El presidente de este colectivo, creado en 2012 y que agrupa a 400 productores de las provincias de Málaga, Granada, Cádiz, Huelva y Valencia, Javier Braun, reconoció ayer a SUR que hay «mucha preocupación por estas altas temperaturas, que están tirando mucha fruta al suelo, especialmente aguacates, y en los mangos se produce una mancha, un 'centellado' que le llamamos los agricultores«, dijo.

Así, aunque no pudieron concretar cifras exactas, ya que todo dependerá de la persistencia de estas jornadas con las temperaturas anormalmente altas y especialmente a la llegada del temido viento caliente africano a Málaga, desde la Asociación Española de Productores de Frutas Tropicales calculan que las cosechas de mangos y aguacates podrían verse mermadas entre un 10 y un 20%.

De esta forma, si el pasado año se cosecharon en la Axarquía unas 20.000 toneladas de mango, de las distintas variedades, este año «aunque parecía que íbamos a tener una cosecha de récord, otra vez próxima a las más de 30.000 toneladas de 2018, parece que finalmente la cosa va a ir más por las 20.000 toneladas», explicó Braun. No obstante, el presidente de la entidad insistió en que «hay que ver cómo avanza el verano». «Todavía quedan dos meses para empezar a cosechar», apostilló.

Respecto a las posibles medidas que puedan tomar los productores para intentar paliar estos daños, desde la Asociación Española de Frutas Tropicales apuntaron que los agricultores están tratando de regar un poco más las explotaciones, «pero eso no te garantiza que si el árbol se estresa tire la fruta». «Hay también tratamientos foliares y en los planes de abonados, para que los árboles estén más preparados», agregó.

En los últimos años los productores de aguacates, principalmente, y en menor medida también los de mangos, se han tenido que enfrentar además a nuevas plagas en las fincas, como la del llamado hongo aéreo. En las últimas semanas, agricultores de la zona del río Vélez se han visto obligados a cortar centenares de ejemplares que se habían infectado con este hongo, que a diferencia de otras patologías como el ácaro cristalino, sí que acaba matando a los árboles.