Corcheros en plena saca del corcho. Vanessa Melgar

Cómo sacarle rentabilidad al sector corchero

Junta y Universidad de Cádiz firman un acuerdo que impulsa la I+D+i para buscar nuevos productos ligados a esta actividad sostenible

Sábado, 25 de julio 2020, 23:42

Desarrollar nuevas aplicaciones industriales y materiales creados con corcho. Con esta finalidad, la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, y el rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Piniella, han firmado un convenio que tendrá una duración de dos años y ... que cuenta con un presupuesto de cerca de 400.000 euros. Cerca del 60% de este montante total se corresponde con fondos de la Junta de Andalucía, que aporta 230.000 euros para impulsar el proyecto. A través de esta cooperación del Gobierno andaluz y la UCA se persigue impulsar la implantación de nuevas técnicas en esta actividad productiva, un sector con una larga tradición en la Comunidad Autónoma. El objetivo final es avanzar hacia una producción más innovadora ampliando la oferta a productos con mayor valor añadido que permitan aumentar los beneficios de los profesionales y empresas del sector corchero. La provincia de Cádiz, es uno de los principales productores a nivel mundial.

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La producción de corcho tiene una gran importancia en la Serranía de Ronda. Las principales zonas de producción de la provincia están en Cortes de la Frontera, Ronda, en varios municipios de Valle del Genal, como Gaucín, Jubrique, Alpandeire, Faraján, Genalguacil, Algatocín, Benarrabá, también en Jimera de Líbar, Montejaque, Benaoján, Monda, Istán y Ojén. Sólo en la Serranía el alcornocal ocupa 16.000 hectáreas, siendo el municipio de Cortes de la Frontera el que cuenta con mayor superficie. Málaga es la cuarta provincia andaluza en producción de corcho al año con unas 3.000 toneladas, por detrás de Cádiz, Huelva y Sevilla. En la Serranía de Ronda la recolección del corcho se denomina «saca del corcho».

Para el productor Francisco Boza y miembro de COAG, el corcho es después de la castaña uno de los principales ingresos de muchas familias en la zona. Según Boza, este año la campaña se presenta bastante buena gracias a las lluvias de esta primavera, aunque advierte que el problema, de momento son los bajos precios que se están ofreciendo por el corcho. «Se está hablando de cantidades que suponen la mitad de los que se pagó en 2019. Son precios muy por debajo de las dos últimas campañas», señala.

La campaña este año va algo retrasada, aunque en la provincia abarca de junio a agosto, ambos incluidos. Por lo general el corcho, según Boza, se vende en el árbol, por lo que el comprador es que el que corre con los gastos de la saca, un oficio, que aunque «no está mal pagado, está en declive». En la saca participa el corchero, que es el que con el hacha realiza la saca. El recogedor, que es la persona encargada de acumularlo para su transporte, y el arriero, que es el que se encargada de transportarlo con mulas. Los grandes ayuntamientos con montes propios suelen subastar el corcho. Ese precio sirve de referencia para los productores. «Se está hablando de unos 40 euros, cuando el año pasado fue de unos 80», explica Boza, que advierte que si se mantiene el descenso en las cotizaciones es muy probable que haya productores que decidan dejarlo en los árboles hasta el próximo año. El corcho se paga por quintal (46,5 kilos).

En los últimos años, según la Junta, ha aumentado demanda de productos más respetuosos con el medio ambiente y de carácter natural, rasgos a los que responde el corcho, dado su alto valor ecológico. Como resultado, se han abierto nuevas vías de negocio para el sector encargado de su extracción y transformación y, aunque la elaboración de tapones para el vino continúa siendo el uso principal de este material, se ha avanzado en el desarrollo de otros productos que incluyen esta materia prima como, por ejemplo, panelados, baldosas o juntas de aglomerado destinados a aeronaves o aislamientos. Se diversifica así la producción corchera con nuevas oportunidades en la construcción, la decoración, los transportes, el arte, la automoción, el sector naval y la industria aeroespacial.

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El convenio persigue la aplicación de I+D+i al sector corchero para impulsar su desarrollo tecnológico; la homologación de los nuevos productos, la generación de patentes u otras formas de protección de la propiedad intelectual y tecnológica de las metodologías, procesos y materiales obtenidos en este contexto. Asimismo, se evaluará la viabilidad económica y comercial de los nuevos productos que se obtengan.

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