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José Luis Oblaré (Málaga, 1980) es ingeniero agrónomo por la Universidad de Córdoba. Su primera experiencia profesional la tuvo en Ronda. Luego trabajó en un estudio de ingeniería en la capital. Posteriormente ejerció como asesor técnico, gerente de una cooperativa agroalimentaria y formador agrario. Además ... es agricultor. Actualmente trabaja como técnico en el proyecto de formación especializada en agricultura ecológica y producción integrada en cultivos subtropicales en el IFAPA de Churriana.
-¿Qué es el IFAPA?
-Es el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica. Es un organismo público de investigación y formación adscrito a la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural. Fundamenta su creación en la voluntad de dar respuesta a las demandas de los sectores agrario, pesquero, acuícola y alimentario andaluz, y participa en el objetivo común de una sociedad igualitaria, justa, solidaria y democrática. Tiene 15 centros con 21 sedes repartidas por todas las provincias andaluzas y con unos servicios centrales en Sevilla, y con más de 1.300 hectáreas de fincas. En nuestra provincia se encuentra el centro IFAPA de Málaga, con sus sedes de Churriana y Campanillas, con unas 50 hectáreas.
-¿Cuántos investigadores hay?
-Somos unos 30 compañeros entre personal funcionario y laboral en diferentes líneas de investigación, experimentación y formación, en áreas como genética y biotecnología, protección vegetal, ingeniería-tecnología alimentaria, y agricultura y medio ambiente. En subtropicales los trabajos principales son los relacionados con la propagación del aguacate, eficiencia en el uso del agua, control biológico de plagas, patrones resistentes a enfermedades y genes relacionados con la formación de semillas en chirimoyos, además de la línea formativa que aporta el proyecto de formación especializada en cultivos subtropicales.
-¿Cómo ve a los subtropicales?
-El futuro que puede tener el cultivo del aguacate en la provincia no es muy esperanzador. Se han establecido muchas plantaciones en suelos no adecuados para que este cultivo sea rentable. La climatología tampoco está acompañando con temperaturas muy extremas, y modelos que demuestran que la tendencia en los próximos años es a un cambio progresivo descendente en las precipitaciones. Nos encontramos en una sequía meteorológica e hidrológica, con dotaciones de riego y recursos hídricos cada vez menores, que limitan totalmente su cultivo.
-¿Qué soluciones plantea?
- Hay que investigar y experimentar en líneas para conseguir la sostenibilidad de los cultivos subtropicales en Andalucía ante esta situación de sequía, como el manejo del riego en estrés hídrico, uso de patrones más tolerantes a la sequía o el manejo del suelo basado en el microbioma de las raíces para adaptar mejor estos cultivos a una reducción cuantitativa y cualitativa del agua. En el IFAPA se está investigando en la disminución del estrés hídrico en el cultivo de los aguacates con un proyecto de actuaciones para lograr la sostenibilidad ante la escasez de agua y las enfermedades. A los agricultores les doy el consejo de la formación. Llevamos desde 2019, con una gran aceptación y participación de las provincias, y esperemos que por muchos años más.
-¿Resiste el mango la sequía?
-Es un cultivo que normalmente desde finales de otoño hasta la primavera resiste bastante más sequía que el aguacate, y además en caso de falta de agua durante el verano, no presenta los síntomas tan acusados de estrés como el aguacate. Pero esto no quita que es un frutal que en nuestras latitudes es de regadío y que durante su etapa de crecimiento vegetativo y fructificación necesita dotaciones de agua próximas a los 5.000 metros cúbico por hectárea. IFAPA tiene un proyecto que experimentó que un recorte del 50% sobre las necesidades hídricas netas del mango no supone una merma en producción y calidad, ofreciendo una mejora significativa en la eficiencia del uso del agua de riego, lo que supone que el riego deficitario sostenido es una alternativa viable en situaciones de escasez de agua.
-¿Qué otros cultivos propone?
-Precisamente en IFAPA se llevó a cabo un proyecto sobre nuevos cultivos potenciales para la agricultura andaluza, tanto al aire libre como bajo plástico, que, entre otros condicionantes, estuvieran más adaptados a la sequía, cultivos tan excepcionales como la cúrcuma y el lúpulo, y otro más cultivados como la pitaya, que al ser una cactácea está muy adaptada a bajas dotaciones de agua.
-¿Como ve el uso de las aguas regeneradas y la desaladora?
-Las aguas regeneradas está claro que es una solución sostenible para poder cultivar subtropicales en Andalucía, ya que además es una fuente que aprovecha elementos nutritivos, es garantía de suministro y fomenta la economía circular. Así, grosso modo, una población costera de 40.000 habitantes podría suministrar hasta 2,5 hectómetros al de aguas regeneradas, y si a eso le sumamos la población turística durante el verano aumentaría esa cantidad coincidiendo en la época que más agua necesitan estos cultivos. Sobre el uso de aguas regeneradas y desaladas todavía no hay mucha experimentación en el cultivo del aguacate. Si se quiere apostar por este tipo de recursos, habría que tener en cuenta, por un lado, el uso de patrones más adaptados a este tipo de aguas de baja calidad, ya que los existentes no toleran la baja calidad, y por otro lado, el ahorro energético en el uso de estas aguas, y para ello es fundamental el uso de las energías renovables.
-¿Cómo afecta el cambio climático a los subtropicales?
-Son un sector fundamental en nuestra provincia por su peso económico, es por ello que se deberían tomar medidas de protección. En el aguacate, y teniendo en cuenta sus exigencias edafoclimáticas e hídricas, si sería posible su cultivo en algunas zonas concretas, plantando en suelos adecuados, evitando zonas frías, mediante una fertilización basada en el uso sostenible del nitrógeno, y fundamentalmente haciendo un buen manejo del riego y del suelo, usando dispositivos de control y otras tecnologías. Para ello es fundamental que las comunidades de regantes se modernicen y hagan un control integral del agua, con apoyo técnico. El aguacate, además de cultivarse en la Axarquía o la Costa Tropical de Granada, está ganando superficie en la campiña de Jerez o el Condado de Huelva, comarcas que, a priori, tienen una pluviometría más elevada, pero que la tendencia a la irregularidad en las precipitaciones también de estas zonas, hacen que la sequía sea igualmente un problema.
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