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La agricultura malagueña, afirman, se caracteriza por su enorme variedad de cultivos, gracias al clima y las característcias del suelo. Desde organizaciones agrarias como Asaja se asegura que en la provincia se cultiva prácticamente de todo, salvo arroz. Existe olivar, hortícolas, tubérculos, tropicales, cítricos, frutos secos, frutales con y sin hueso, viñedo, cereales, legumbres y otros como el corcho o el anís. En algunos de ellos, además, la provincia es líder a nivel andaluz. Este es el casi del limón, sin olvidar el aguacate o el mango, e incluso la nuez pacana, pecana o nuez americana. Asimismo, Málaga es líder en la producción de plantones de batatas, aguacate y mango, entre otros cultivos tropicales, y un gran productor también de semillas de tomates.
Las principales zonas productoras son la comarca de Antequera, el Valle del Guadalhorce, la Serranía de Ronda y la Axarquía.
Antequera es una tierra rica para muy diversos cultivos, desde el olivar a la patata, pasando por los cereales, los pistachos y hasta las espárragos, además de los ajos, la matalahúva o las legumbres. El Guadalhorce es tierra de cítricos (limón, naranja, clementina y pomelo), aunque tampoco faltan los viñedos y una gran variedad de hortícolas. Además, es la principal zona productora de nuez pecana. La Serranía está adquiriendo notoridad por el viñedo, aunque también es conocida por la castaña y el corcho, entre otros. Por su parte, la Axarquía es la principal zona productora de frutas tropicales (aguacate y mango) y la más importante también en cultivos de invernaderos de toda la provincia, a la vez que ha sido pionera en cultivos como la estevia y la moringa. Agricultores de la costa oriental de Málaga fueron los primeros en apostar también en la segunda mitad del pasado siglo por el cultivo de la fresa, que después se trasladó a Huelva.
Asaja Málaga elabora anualmente un balance agrario coincidiendo con el final de año en el que se repasan, uno a uno, los principales cultivos de la provincia. Según este balance, en 2018, el olivar, con 130.000 hectáreas de superficie en la provincia, es el primer cultivo del campo malagueño, sector del que viven más de 22.000 olivareros. Su producción agraria alcanzó el pasado año los 254,56 millones de euros, entre aceite de oliva y aceituna de mesa, lo que representa más del 31% de la facturación del campo y la ganadería de Málaga.
Las hortalizas ocupan por su parte una superficie de unas 7.400 hectáreas, siendo las habas verdes (1.000), el tomate (970), el ajo (750), las judías verdes (680), la cebolla (650) y el espárrago (600) los principales en este apartado. Estos cultivos facturaron en 2018 la cantidad de 140,35 millones.
En tubérculos, los principales cultivos son la patata, con unas 1.200 hectáreas, su mayoría en la comarca de Antequera, y la batata, con apenas 45 hectáreas. Los dos sumaron el pasado año 12,49 millones de euros de facturación. En la Axarquía, las huertas de patata temprana están dando paso a nuevas plantaciones de tropicales.
Hortalizas y tubérculos suman unas 8.645 hectáreas y aportan a la producción agraria de Málaga casi 153 millones de euros, según el balance de Asaja.
Los cultivos tropicales de la provincia generaron una facturación de 155,5 millones, un 7,18% más que en 2017. El aguacate es el rey del sector tropical de la provincia, con un valor en 2018 de 120 millones, casi un 6% más que en 2017. Este cultivo ocupa una superficie de unas 6.300 hectáreas. Por su parte, el mango, la segunda estrella del sector tropical, se sitúa ya en torno a las 4.000 hectáreas.
Esto ha supuesto un importante incremento de producción, con unas 36.000 toneladas y una facturación de 30 millones, un 16% más que en 2017. Tanto aguacate como mango alcanzaron el pasado año una facturación récord, superando a su vez la de 2016 en el caso del aguacate y de mango la del año pasado. Con estos datos, por primera se encaraman a la primera posición dentro de las frutas y hortalizas del campo malagueño, sólo por detrás del olivar.
Los cítricos se concentran fundamentalmente en el Valle del Guadalhorce. Facturaron en 2018 la cantidad de 68,45 millones, sólo un 4% más que el año anterior. Los principales son limón, con 4.124 hectáreas, y naranja, con 4.112, seguido de mandarinas y clementinas, con 1.700 hectáreas. La provincia de Málaga es la mayor productora de limón de la Andalucía con unas 74.000 toneladas. La producción andaluza alcanza las 115.000 toneladas, lo que significa que la cosecha malagueña representa el 75% por ciento del total andaluz.
Málaga produjo en 2018 unas 82.000 toneladas de naranjas y 25.000 de mandarinas. El limón facturó 43,66 millones, seguido de la naranja, con 18 millones, y la mandarina, con 6,75.
En cuanto a frutos secos, el almendro es el más importante, con 16.000 hectáreas que produjeron el pasado año 3.700 toneladas, alcanzando una facturación de 5,66 millones. Le sigue la castaña, con 3.900 hectáreas, que se concentran en la Serranía de Ronda. Este sector factura unos seis millones de euros y produce 3.200 toneladas.
Otro cultivo que se está haciendo un hueco es la nuez pacana, sobre todo en el Valle del Guadalhorce. Actualmente, se estima que Málaga dedica a este producto más de 400 hectáreas, la mayoría pequeños minifundios, con una producción media de unas 300 toneladas.
Málaga produce también pistacho. Sin embargo, la provincia está todavía muy por detrás de Granada, que dedica 839 hectáreas (el 34% del total). En Jaén, el cultivo ocupa ya 576 hectáreas (23,4%). A más distancia se encuentran Córdoba, con 353 hectáreas (15,1%); Sevilla, con 276 hectáreas (11,2%), y Málaga, con 265 hectáreas (10,8%). Menos significativos son los casos de Cádiz, Almería y Huelva, ya que entre las tres representan el 5% total del cultivo. La provincia malagueña produce 76 toneladas de pistachos.
El campo malagueño dedica unas 435 hectáreas a diferentes frutas como pera, albaricoque, cereza, melocotón y ciruelo, que en su conjunto facturan alrededor de un millón de euros al año. El cerezo y el peral, con unas 100 hectáreas cada uno, son los más importantes. Todos producen unas 1.000 toneladas.
El viñedo apenas alcanza las 3.400 hectáreas en toda la provincia. Según Asaja Málaga, el sector del vino es el más destacado. Aunque la superficie destinada a la producción de uva para pasificar ronda las 1.600, este sector apenas factura medio millón de euros. En cambio, la uva para vino, con 1.300 hectáreas, alcanza los 2,10 millones. La uva de mesa, con 500 hectáreas, factura sólo 900.000 euros al año.
Los principales cultivos industriales son la matalahúva, con unas 700 hectáreas de cultivo que producen unas 330 toneladas, y el corcho, que con 16.000 hectáreas y 4.700 toneladas tiene una facturación de unos seis millones.
Completan el retrato del campo de la provincia los cultivos herbáceos con unas 59.957 hectáreas. Los más importantes son los cereales, una producción en 2018 de 155.000 toneladas que alcanzaron un valor de 27,91 millones.
Le siguen forrajeros, con una superficie de 8.300 hectáreas y una facturación de 5,91 millones; las leguminosas (6.200 hectáress y 3,48 millones), proteaginosas (5.000 hectáreas y 2,27 millones en 2018) y las oleaginosas (2.230 hectáreas y 960.000 euros).
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