La flota malagueña capturó en 2018 55.686 kilos de este especia SUR

La flota de la provincia retoma la pesca de la concha fina tras dos meses de veda

El sector se queja del descenso de las capturas en los últimos tres años, pasando de 157 toneladas en 2015 a poco más de 55 en 2018

Miércoles, 3 de abril 2019, 17:38

Después de dos meses sin poder faenar concha fina (Callista chione ) en los caladeros de la provincia, la flota del marisqueo ha podido empezar a capturar de nuevo esta especie desde el 1 de abril, aunque sin demasiadas perspectivas de poder alcanzar el cupo fijado para este año en el Mediterráneo andaluz (216 toneladas), según el plan de gestión vigente.

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En la provincia, la flota que más captura realiza de concha fina es la de Estepona, con 46.351 kilos en 2018. Le sigue la de Caleta de Vélez, que alcanzó los 7.902 kilos en el mismo ejercicio; Fuengirola, con 1.325, y Marbella con apenas 107. Los 55.686 kilos capturados el año pasado en los calederos malagueños están muy lejos de los 157.993 kilos de 2015, lo que significan más de 102.000 kilos menos en tres años. La disminución ha sido paulatina.

Es descenso es tan elevado, que en flotas pesqueras como la de Caleta de Vélez, que es la que más volumen de pesca realiza anualmente, sólo una embarcación se dedica a la concha fina. «No merece la pena el único barco que en este puerto se dedica a esta especie sólo ha traído el primer día después del levantamiento de la veda apenas 21 kilos», señala José Antonio Soto, armador de un marisquero con base en el puerto veleño.

La concha fina representó para el sector pesquero de la provincia el pasado año apenas 366.000 euros de facturación, de un total de 22.844.000 euros.

La concha fina es una especie de molusco bivalvo filtrador fácil de identificar por sus valvas simétricas, a la coloración en bandas marrón brillante y anaranjado, y a la suavidad de su concha, muy pulida. La parte interior es blanca y la lengua del animal es de tonos anaranjados y rojizos brillantes.

Está presente tanto en la costa atlántica como en la Mediterránea. Como la mayoría de los moluscos habita en fondos arenosos y fangosos, aunque también es frecuente en los espacios arenosos de playas rocosas y de cantos rodados. Aunque se considera una especie circalitoral, es decir, que habita no lejos de la línea de costa, en los caladeros malagueños se encuentra a profundidades de entre 10 y 20 metros.

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