Extiercol, el camino hacia la alimentación sostenible

Extiercol ha competido con otras 161 propuestas de diferentes puntos de la geografía española y se ha hecho con uno de los tres primeros puestos para desarrollar su proyecto 'Innovación gastroeconómica como motor de cambio para un sistema alimentario sostenible, saludable y circular en Cuevas del Becerro'. «Esta asociación surgió de la idea de cambiar hacia un modelo de agroecología e innovación en el pueblo, queríamos recuperar el campo y las tierras en desuso para ponerlas en funcionamiento», cuenta a SUR el coordinador del proyecto, Juan Carlos Nieblas.

Durante esta década, la asociación ha trabajado dos líneas fundamentales. Por un lado, la línea formativa con talleres, cursos de biofertilizantes, campos orgánicos, multitud de charlas, así como congresos de agroecología. Y por otro lado, han trabajado en la venta de productos de temporada ecológicos y orgánicos con sus propias huertas. «También hemos creado la primera escuela de agroecología en Málaga en Cuevas del Becerro», añade Nieblas. Es en sus tierras arrendadas de una hectárea y media de terreno donde tienen su huerto de invierno y donde ya han comenzado el proyecto tras haber sido elegidos por Cotec.

«Llevamos desde octubre trabajando en este nuevo proyecto, estamos reestructurando todo porque al haber sido elegidos entre los tres primeros hemos recibido una financiación de 300.000 euros y esta es una gran oportunidad para poder sacar adelante nuestro proyecto y subir de escalón», asegura el responsable del proyecto. Esta ayuda económica les servirá para llevar adelante todo aquello que tienen planteado. En primer lugar, el impulso de su huerto y, en segundo lugar, la puesta en marcha de un comedor escolar que sirva también para facilitar la adquisición de menús saludables y de proximidad a los mayores del municipio.

La idea en la que se centra este proyecto es en la creación de unos platos territorializados con productos de temporada que sean cultivados de forma ecológica y orgánica en la tierra. «Queremos hacerlo con un cultivo escalonado donde no venga todo de golpe y podamos rescatar recetas tradicionales con la implicación de la gente del pueblo en el proyecto», señala Nieblas. Por ello, una de las partes principales del proyecto es alcanzar que esos platos lleguen a un comedor escolar que ellos mismos quieren crear. «Para la creación de estos platos contamos con el tejido asociativo del pueblo, los colectivos son los principales actores implicados en el proyecto», añade el responsable del proyecto.

Son diversos los colectivos que colaboran con Extiercol, como la Asociación de Padres y Madres del Colegio Público San José Obrero, en el cual hay 137 alumnos actualmente. Por otro lado, también colaboran la Asociación de Jubilados y Pensionistas del pueblo, y la asociación de mujeres La Mojea, siendo este uno de los tejidos asociativos más grandes del pueblo; o la asociación científica Alimenta para aportar valores nutricionales a la hora de realizar los platos. «Una colaboración clave es el Restaurante Mesón Sabor Andaluz y su cocinero Pedro Aguilera, de Alcalá el Valle, quien fue revelación de Madrid Fusión el año pasado y formará al cocinero que vamos a tener», cuenta Nieblas.

Para llevar a cabo el proyecto, la asociación cuenta con la cesión del espacio en desuso del vivero municipal, donde ya están trabajando desde hace dos meses y donde han montado dos módulos nuevos a la espera de ponerle los plásticos para adelantar la cosecha. Además, el Ayuntamiento también les ha cedido el Centro de Día que dispone de varios salones y una cocina industrial. «Esto supone un antes y un después para Extiercol, es una gran oportunidad para avanzar y llevar a cabo nuestra filosofía de producción hacia un cambio y un modelo de alimentación sostenible», señala el coordinador del proyecto de innovación.

En los 10 años de trayectoria de Extiercol, Nieblas considera que en los comienzos no había tanto conocimiento como ahora sobre la agroecología, que cada vez está más en auge. «Antes había huertas por todas partes y ahora lo que hay es un monocultivo del olivo», señala. Actualmente, han contratado a otro hortelano más y un cocinero, ya que el proyecto cuenta con cuatro puestos de empleo directo. Además de la huerta dedicada al proyecto, la asociación hace aceite ecológico, miel, conservas y cultiva remolacha, brócoli, hinojo, acelgas, espinacas y lechuga, y otros cultivos más.

En la huerta de invierno, su idea es alcanzar la máxima producción y variedad posible. Por otro lado, destaca como parte central de este proyecto la economía circular y la idea de poner en marcha un compostaje de residuos orgánicos que se generen tanto en el comedor, en el Centro de día como en la hostelería del pueblo. «La idea es distribuir unos contenedores por el pueblo para recoger todos los residuos orgánicos y llevarlos a la huerta para trabajarlos y nutrir las tierras», explica Nieblas.