El sector quesero andaluz, caracterizado por su producción artesanal y la fuerte vinculación a la tradición, ha dado un importante paso hacia la modernización gracias ... al proyecto Aristeo: Quesos Andaluces 4.0. Este grupo operativo reúne a diversas entidades, como la Asociación Quesandaluz, la Universidad de Córdoba, la empresa tecnológica Naoset y el Grupo de Desarrollo Rural del Valle del Guadalhorce. A través de una aplicación digital integrada con tecnología avanzada, buscan mejorar la gestión, la trazabilidad y la eficiencia energética de las pequeñas queserías.
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Margarita Jiménez Gómez es una de las personas inmersas en el proyecto. La técnica agroalimentaria del GDR Valle del Guadalhorce, resalta que este proyecto tiene como objetivo principal el desarrollo de una plataforma web que permita a los productores monitorizar el proceso productivo en tiempo real. «Con esta herramienta, el maestro quesero podrá tener control desde la recepción de la leche hasta la distribución del producto final», explica Jiménez. Esta plataforma, que opera desde la nube, integra sensores de bajo coste que permiten recopilar datos sobre diversas variables como temperatura, consumo energético, emisiones de gases o tiempos de maduración.
Los beneficios de esta aplicación no se limitan solo a la gestión interna. El programa también se ha diseñado para mejorar la información que se proporciona al consumidor, ofreciendo detalles sobre la procedencia de la leche, los procesos de producción y el tiempo de maduración del queso. Los datos recogidos por los sensores se transmiten automáticamente a la aplicación a través de conexión wifi, sin necesidad de instalar cables en las queserías, algo que ha sido muy valorado por los productores. «Cuando les explicamos que todo funcionaría sin cableado, con baterías de larga duración, se quedaron muy aliviados», comenta.
Otro avance clave en el proyecto es el desarrollo de un asistente virtual basado en inteligencia artificial. Este asistente es capaz de responder preguntas específicas sobre el proceso productivo, lo que supone una herramienta valiosa para los gestores de las queserías. Durante las pruebas piloto, se demostró cómo el asistente podía proporcionar datos precisos, como la temperatura media de una cámara de curado en un periodo determinado. Además, el sistema cuenta con un sistema de alarmas que notifica a los responsables cuando se produce alguna anomalía, como el exceso de apertura de puertas en las cámaras frigoríficas, lo que ayuda a reducir el consumo energético.
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El proyecto no solo se limita al sector quesero, sino que también abre posibilidades de expansión hacia otras industrias alimentarias. Además la representante del GDR Guadalhorce señaló que tecnologías similares podrían aplicarse en sectores como el de la aceituna de mesa o la industria cárnica, donde también es crucial controlar variables como la temperatura, el consumo energético y la calidad del producto. Esto demuestra el potencial de la tecnología desarrollada en Aristeo para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de otros sectores productivos.
Actualmente, el sistema ya se encuentra operativo. Durante esta etapa, se realizan ajustes y mejoras para asegurar su correcto funcionamiento antes de su implantación generalizada en las pequeñas queserías asociadas a Quesandaluz. «Ahora es cuestión de testarlo y trabajar en las posibles mejoras que puedan surgir», añade Jiménez.
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