El cultivo de aguacates se extiende por toda la provincia de Málaga por su alta demanda y rentabilidad
El auge de este cultivo y la falta de terrenos en la Axarquía impulsa a los agricultores a probar suerte en el Guadalhorce y en la Serranía de Ronda
El cultivo de aguacates sigue ganando peso en la provincia. El rey de los subtropicales, tan fuertemente asentado en toda la Axarquía, se ha lanzado ... a conquistar nuevos territorios en los que triunfar con su característico color y sabor. La falta de terrenos regables en la zona oriental de la provincia, unido a la fuerte demanda de este producto y a su gran rentabilidad, ha animado a los agricultores a probar suerte en diferentes zonas del Guadalhorce y de la Serranía de Ronda.
El imparable crecimiento del aguacate lo constatan en la asociación agraria Asaja, en donde hablan de un 'boom' por este cultivo. El secretario general del colectivo, Benjamín Faulí, reconoce que cada vez hay más empresarios interesados en su plantación, ya que se trata de una fruta con bastante más demanda que oferta, relativamente sencilla de producir y con una buena rentabilidad.
Asegura que diferentes agricultores de la Axarquía han decidido cambiarse al aguacate, y que otros están probado suerte en municipios del Valle del Guadalhorce y, sobre todo, en localizaciones próximas a la provincia de Cádiz, desde Casares hasta el límite con el Campo de Gibraltar. Aunque de momento no son muchas empresas, sí que son bastante importantes en cuanto al terreno que ocupan. «La gente va perdiéndole el miedo a poner un cultivo nuevo porque han visto que los precios se mantienen estables», señala.
La importancia de este producto para los empresarios malagueños se comprueba al echarle un vistazo a las cuentas de resultados de las empresas. Durante 2020, los agricultores de la provincia comercializaron 54.600 toneladas de este fruto y facturaron 51,6 millones de euros; un 21% más que en el ejercicio anterior. Su precio se mantuvo estable en torno a los 2,40 euros el kilo (precio de producción).
Por todo ello, el responsable de Asaja cree que este cultivo seguirá creciendo a lo largo de los próximos meses, ya que de momento no se le ve techo y la demanda continúa en aumento. «Está de moda y la demanda es superior a la oferta, tanto en España como en la Unión Europea», apunta. Tanto es así, que en otras regiones españolas como Huelva, Valencia o Alicante también se han lanzado a su cultivo.
La Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) señala que el número de pólizas específicas de subtropicales ha aumentado cerca del 80% en la provincia, y en gran parte se debe a la creación de nuevas explotaciones. La superficie asegurada se sitúa ya en 522 hectáreas, cuando el año pasado apenas eran 356.
De forma similar, durante los primeros seis meses del año también han notado un considerable incremento de la producción y del capital asegurado en esta especialidad. En la actualidad, la superficie cubierta por un seguro se sitúa en 3.673 toneladas, frente a las 2.393 toneladas del año pasado; y el capital asciende a 6,9 millones de euros frente a los 3,7 registrados durante la anualidad anterior.
Para poner en contexto los datos, el director territorial en Andalucía de Agroseguro, Fermín Flores, señala que este aumento en el número de pólizas se puede deber a que los cultivos se están sacando de su hábitat natural y se les está forzando a producir en otros climas menos propicios. «Eso genera más miedo entre los empresarios».
Aunque se trata de una agricultura sencilla de mantener, Fermín Flores advierte de que los aguacates son muy sensibles a los cambios de temperatura, hasta el punto de que una ola de calor extremo puede arruinar una cosecha. Como ya ocurrió el año pasado. «El año pasado hubo unos cuantos golpes de calor que han hecho reflexionar a los agricultores», considera.
Además de eso, desde Asaja razonan que los profesionales son conscientes de que los problemas meteorológicos son cada vez más habituales. Benjamín Faulí dice que en la provincia suelen padecer episodios de viento, frío o calor, y que por ello «se asegura un poco mejor». «Es un seguro que lleva muchos años operativo y poco a poco va cuajando», añade.
No obstante, apunta que la sensación del riesgo no es algo que esté en el ADN de los agricultores, ya que la provincia no suele vivir episodios muy adversos como sí se sufren en otras regiones españolas. «Es algo que está cambiando y que poco a poco vamos asimilando». Al menos en el caso de los aguacates.
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