Noveno día de conflicto entre compradores y la flota de cerco de Caleta de Vélez, la mayor de toda la provincia con una quincena de embarcaciones y más de 200 familias que viven del sector. La lonja del mayor puerto pesquero de Málaga se quedó nuevamente ayer sin poder subastar las capturas de sardinas y boquerones ante la negativa de los compradores (mayoristas y minoristas) de pujar y por consiguiente a adquirir el pescado capturado por estas embarcaciones.
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La razón es la negativa de los compradores a aceptar la condición de los armadores de dejar de aplicar una baja del 5% para compras superiores a diez cajas, por considerar que un sistema de venta mediante subasta a la baja dicho descuento no tiene sentido y atenta contra sus intereses, toda vez que el comprador es libre de fijar el precio que estima oportuna.
Los dueños de los barcos de cerco de Caleta de Vélez decidieron dejar de aplicar la baja del 5% a partir del lunes 4 de febrero, pero la reacción de los compradores ha sido la de no acudir a la subasta de pescado de esta flota. Ello llevó ya a los armadores a iniciar un paro que ha durado una semana, hasta que este lunes optaron por volver a faenar, aunque sin que se haya producido ningún acercamiento.
Los pescadores veleños volvieron a pescar la madrugada del martes, sin modificar un ápice su postura de vender las capturas sin baja alguna. Así las cosas, los compradores no acudieron a la subasta, obligando a la Cofradía de Pescadores a enviar el pescado en camiones a otros mercados nacionales, algo que sucedió también el lunes 4 de febrero.
Según la patrona mayor de la Cofradía de Pescadores de Caleta de Vélez, María del Carmen Navas, lo grave no es sólo que los compradores se nieguen a adquirir las capturas de estas embarcaciones (15 de un total de 32 en la provincia), sino que además están presuntamente presionando para que en otras lonjas no se pueda subastar. «Ayer intentamos enviar el pescado a Almería para venderlo y nos llamaron cuando ya estaba de camino para indicarnos que los mayoristas habían dicho que no iban a comprarlo», ha señalado. Para Navas, se trata de algo incomprensible desde el momento en que en Almería no se aplicar ninguna baja, que es lo mismo que están pidiendo aquí los armadores.
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En un intento de minimizar los daños, los armadores de cerco han decidido limitar las capturas a un máximo de un millar de cajas por día (unos 8.000 kilos de sardinas y boquerones) para no saturar el mercado y poder vender el mismo sin dificultad. «No queremos decir a donde lo enviamos para que los mayoristas no presionen y nos impidan venderlo», ha manifestado Navas.
Aunque desde que se iniciara el conflicto ha habido un encuentro para intentar alcanzar un acuerdo, estos han sido infructuosos. Los compradores les exigen ahora además, según Navas, que el pescador asuma íntegramente el coste de los envases, y no al 50% como hasta ahora.
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Navas ha señalado que debido a la gravedad de la situación, que afecta a un total de 200 familias (cada barco de cerco tiene entre 12 y 15 marineros), la Cofradía está tratando de conseguir que la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta medie en el conflicto para conseguir un acuerdo. «Entendemos que no tiene sentido lo que está sucediendo, porque en un sistema de subasta es el comprador el que fija el precio de las capturas», ha insistido Navas.
La negativa de comprar las capturas de la flota de cerco afecta sólo a Caleta de Vélez, ya que en el resto de las lonjas de la provincia se sigue aplicando la baja del 5%, aún cuando los armadores de este arte se sumaron la pasada semana a la demanda dejando de faenar, aunque el domingo retomaron la actividad sin que se produjera ningún avance.
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Los diputados malagueños de Podemos en el Congreso, Alberto Montero y Eva García Sempere, solicitaron ayer por escrito la comparecencia de la Secretaria de Estado de Pesca para que explique qué piensa hacer el Gobierno ante este conflicto.
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