El campo español apuesta por el riego eficiente

Según datos de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE) de 2023, España aprueba con buena nota en lo que se refiere a la implementación del regadío sostenible y eficiente. En concreto, según este análisis anual, el 80,57 % de la superficie agrícola en regadío de España contaba a final del pasado año con algún sistema de riego eficiente. La mayor parte de estos sistemas son del tipo localizado (57,63 %), seguido muy de lejos, eso sí, por otros como el automotriz (8,21 %) o el de aspersión (14,73 %).

En los últimos años, estos tres sistemas han sido los que han ganado terreno al tradicional riego por gravedad (19,44 %), que hoy va mermando notablemente por no resultar efectivo. En el informe detallado del año 2023 de ESYRCE, se desprende que la superficie en regadío alcanzó las 3.713.936 hectáreas, lo que viene a suponer casi la cuarta parte de la tierra cultivada en todo el país. En concreto, representa en torno al 23 %, pero, eso sí, genera el 65 % del valor de la producción vegetal total.

En el contexto actual de sequía y con la amenaza constante del Cambio Climático, resulta esencial la modernización y sostenibilidad de los sistemas de riego de la agricultura española para lograr un uso adecuado y eficiente de cada gota de agua.

En los últimos años, desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, se ha impulsado un plan de modernización de regadíos ambicioso de la historia reciente, que pretende movilizar una inversión público-privada superior a 2.400 millones de euros entre 2022 y 2027.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que en 2023, la superficie regada en España descendió un 1,52 %. Es la lógica consecuencia de la sequía sufrida en el año hidrológico 2022-2023. Un año antes, en 2022, el porcentaje de regadío eficiente era del 78,96 %. De esta forma, se percibe perfectamente la preocupación de los propios agricultores españoles para rentabilizar lo máximo posible un bien que se antoja escaso en los últimos años.

De todos los cultivos de regadío, el que más acapara en superficie es desde el año 2022 el olivar, con una extensión de 874.564 hectáreas, es decir, el 31,37% de su superficie total. En este caso, la mayoría de este regadío eficiente es del tipo localizado.

El cultivo de cereales es, a cierta distancia, el segundo en la lista de riego eficiente, con una superficie de 761.565 hectáreas, lo que supone el 20,51 % del total. Completan la lista, los frutales no cítricos (449.155 hectáreas y el 12,09 % del total) y el viñedo (399.080 hectáreas y el 10,75 % del total).

Por otra parte, en el contexto del antes citado plan de modernización de regadíos del Gobierno de España, cada vez gana más peso el uso de las denominadas aguas no convencionales, ya sean desaladas del mar o regeneradas.

Entre ambas opciones, se barajan fuertes inversiones económicas en toda Europa en los próximos años. Así, el Ministerio de Agricultura prevé destinar 216 millones de euros repartidos en 20 actuaciones vinculadas con aguas no convencionales en algunas de las zonas españolas que más padecen la falta de precipitaciones como Andalucía, Canarias, Murcia, Comunidad Valenciana y Baleares.