La balanza se desequilibra

Desde Asaja se señalan casos como el de los productos agroalimentarios que se compran en Marruecos. En concreto, las importaciones de frutas y verduras desde este país llegaron a los 800 millones de euros. De esta forma, se ha convertido en el mayor proveedor de África.

Como bien podrán comprobar los consumidores de muchos supermercados, en el etiquetado de la sección de frutas y verduras desde el país vecinos llegan sobre todo fresas, judías, arándanos, pimientos, aguacates y sandías. La mayoría de estos productos llegan a través de compañías españolas que acuden a países como Marruecos para conseguir productos con costes más reducidos, sobre todo por lo que es la mano de obra. Así, en 2023, España ha comprado a Marruecos un 3,9% más que en el ejercicio anterior, hasta alcanzar la cifra de 9.032 millones.

Como destacan desde Asaja, este dato es el segundo más alto del último lustro y solo superado por el récord histórico de 2022, con el comercio exterior mundial en niveles boyantes. Hasta entonces, la media del crecimiento de las importaciones de estos productos se movía en una horquilla del 2 al 2,4% para dispararse un 20,5% en 2022 y un 12,1% en 2023.

A finales de 2021, las importaciones de frutas, hortalizas y legumbres tenían un valor anual de 7.333 millones de euros. y al final del año pasado, ya era de 8.218.

En el otro extremo de la balanza, en estos últimos cinco años, las exportaciones de frutas y hortalizas han crecido un 24% acumulado. Si se confronta con las importaciones, que se han disparado un 42%, se puede ver que el mercado de los productores españoles se ha reducido, ya que mientras sus envíos al exterior se moderan, la competencia extranjera ha mejorado casi en 18 puntos.

En lo que se refiere a exportaciones, en el caso de Andalucía se ha podido ver un retroceso después de muchos meses de récords en el ámbito agroalimentario.

Así, según datos de la Agencia Empresarial para la Transformación y el Desarrollo Económico, Andalucía logró en 2023 su segundo mejor año de exportaciones del sector primario, con 13.707 millones de euros, lo que supone, eso sí, un 2,5% menos que en 2022.

Entre los motivos, está la intensa sequía que sufre la comunidad, que afecta especialmente a productos de gran peso como el aceite de oliva o las frutas. Aun así, el saldo comercial de la agroindustria aporta un superávit de 6.335 millones a la balanza comercial de Andalucía con el exterior.

Tres capítulos agroalimentarios acumulan el grueso de las ventas, con distinta tendencia: las hortalizas, que ocupan el segundo puesto de toda la cesta exportadora, con 4.198 millones de euros, cifra récord, que supone el 10,9% del total de las ventas y que crecen un 4,7% interanual; también se salva de la bajada el aceite de oliva, el producto más exportado de Andalucía, que, con una factura de 3.286 millones, mantiene la misma cifra que en 2022 (0,0%), con un liderazgo exportador del 73% de todo lo que vende España; el conjunto de grasas y aceites vegetales, tercero del ranking, baja un 2,6% y alcanza una factura de 3.815 millones (9,9% del total). También sufre una bajada del 8,1% el de frutas, que cifra sus ventas en 2.704 millones desde el cuarto puesto.