SUR
Jueves, 9 de enero 2025, 01:00
Somos lo que comemos. Esta clásica máxima a la que se recurre en ocasiones para defender una nutrición sana se percibe ya como una clara ... tendencia en buena parte de los consumidores. Cada vez preocupa más la ingesta de alimentos. Que sean saludables no es ya sólo una opción para muchos.
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En España existe una creciente preocupación y cada vez más concienciación de la población por la salud y el bienestar con mantener una alimentación adecuada tanto a nivel individual como poblacional.
Según los datos del estudio 'Hábitos de consumo de alimentos en España entre 2019 y 2023' realizado por la escuela de negocios TBS Education-Barcelona, el gasto en alimentos saludables ha experimentado un aumento del 29,2% en los últimos cinco años, superando el incremento del 17,2% en alimentos no saludables. El estudio, basado en datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) del INE, analiza las tendencias de consumo en tres categorías de alimentos: Alimentos Saludables, Alimentos Medianamente Saludables y Alimentos NO saludables, y también, estudia el gasto en cárnicos en España y sus autonomías.
A pesar de las fuerzas y tendencias contrarias a la alimentación saludable, como los efectos de la pandemia, el contexto inflacionario postpandemia, la guerra en Ucrania y el aumento en los precios de los hidrocarburos, el consumo de alimentos no saludables sigue siendo un desafío significativo. Aunque su consumo disminuyó en 1.4 puntos porcentuales, el gasto en ellos creció un 17%, lo que evidencia la persistencia de prácticas menos nutritivas en ciertos segmentos de la población. Según explica el doctor Edgar Sánchez, profesor colaborador de TBS Education-Barcelona y experto en el Comportamiento del Consumidor y Neuromarketing, «es fundamental entender las barreras sociales y culturales que dificultan la adopción de hábitos alimenticios más saludables para diseñar estrategias eficaces que promuevan el cambio».
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Las comunidades en España han experimentado variaciones notables en su consumo de alimentos saludables. Así, por ejemplo, regiones como Galicia, Navarra y el País Vasco han mostrado un crecimiento significativo en la adopción de hábitos saludables. Destaca especialmente el caso gallego, con un aumento del 37,5% en el gasto de alimentos saludables.
Por contra, las comunidades del sur, como son Andalucía, Extremadura y Murcia, se sitúan en la última o penúltima posición del ranking en cuanto al consumo de estos productos saludables. En general, España muestra un leve descenso en el consumo de alimentos no saludables, que cayó del 31,8% al 30,4% del total, aunque la bajada no ha sido uniforme.
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Galicia también ha liderado el incremento de gasto en alimentos no saludables con un 34% adoptando el mayor cambio global en todos los tipos de alimentos. Seguido de Valencia por un aumento de un 25,5%.
La diferencia es notable en los hábitos de consumo entre el norte y el sur del país, donde las regiones del sur tienden a una dieta menos equilibrada.
Además del estudio de qué tipo de alimentos son o no saludables también se ha estudiado el consumo de cárnicos en España, que ha experimentado un crecimiento notable entre el 2019 y 2023, alcanzando un incremento del 22%. Este crecimiento se ha concentrado principalmente en la carne de porcino, que registró un alza del 34%, seguida de la carne de vacuno y ovino, con aumentos más moderados. El gasto total de productos cárnicos pasó de casi 6.000 millones en 2019 a más de 7.200 millones en 2023.
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Los resultados de este estudio ponen de manifiesto las diferencias que se dan también dentro del mismo territorio nacional y en función de cada comunidad autónoma. En este sentido, cabe destacar la alta preferencia de Extremadura y Andalucía por la carne de porcino que representa más del 50% del gasto en carne.
En contraste, el País Vasco muestra una inclinación significativa hacia la carne de vacuno, mientras que regiones como Murcia y Aragón dedican mayor proporción de su presupuesto a la carne de ovino y caprino.
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El coste asociado al consumo de cárnicos también varía según la región y el tipo de carne. Por ejemplo, el gasto medio en carne de vacuno es significativamente más alto en comunidades como Madrid y Cataluña, donde el consumo de este tipo de carne es prioritario. Por otro lado, regiones como Galicia y Castilla y León muestran patrones de gasto más equilibrados entre las tres categorías principales.
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