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Agustín Peláez
Sábado, 19 de diciembre 2015, 23:21
El año que termina no pasará a la historia precisamente por haber sido bueno en cuanto a cosecha. Las falta de precipitaciones y las reiteradas olas de calor han pasado factura al campo malagueño con descensos generalizados en cuanto a producción. Sin embargo, el buen comportamiento de los precios del aceite de oliva y de las frutas tropicales (aguacate y mango) han permitido al agro cerrar el ejercicio con un balance agrario que se sitúa como el cuarto mejor de los últimos 10 años, con una cifra que supera los 731,5 millones de euros. Hace siete años que el campo malagueño no alcanzaba unas cifras tan positivas -en 2008 la facturación alcanzó los 749,4 millones-, y ello a pesar de que la ganadería no atraviesa precisamente por su mejor momento. De hecho, la facturación del sector ganadero ha descendido respecto a 2014 en cerca de 20 millones de euros, pasando de los 140 registrados anterior a poco más de 121,5.
Afortunadamente, no ha sucedido lo mismo con la agricultura. Los cultivos del campo malagueño han reportado, a pesar del descenso de las cosechas, un 12,37 por ciento más que hace un año, al alcanzar los 610,03 millones. Se trata de la mejor agrícola de la última década», según se desprende del balance agrario de Asaja Málaga.
La razón de este aumento en la facturación, a pesar de haber bajado la producción, se debe sobre todo al buen comportamiento que han tenido los precios, especialmente en el caso del aceite de oliva y de las frutas tropicales. «Han sido estos dos sectores los que han tirado al alza de la facturación agrícola malagueña, junto con las hortalizas, cítricos, frutos secos, frutales, viñedo y herbáceos. Todos, en mayor o menor medida, han obtenido resultados positivos», declaró el secretario general de la organización agraria, Benjamín Faulí.
Con apenas 10.000 hectáreas de cultivo de tropical el sector tropical ha logrado facturar 117,72 millones de euros, sobresaliendo el aguacate con casi 100 millones. También en el mango, cuya cosecha ha descendido, los altos precios han permitido alcanzar 17 millones.
El papel del olivar, cultivo mayoritario en Málaga con 130.000 hectáreas de cultivo, ha resultado clave. Aunque la producción ha sido un 17,7 por ciento inferior que en 2014, ello se ha compensado porque el precio del aceite «se ha disparado» y ha subido un 70 por ciento con respecto al pasado año. Sólo entre aceite de oliva y aceituna de mesa la facturación de la provincia ha superado los 204 millones.
La ganadería sin embargo, a tenor de lo que refleja el balance de Asaja, no puede presumir demasiado. Su facturación ha caído como consecuencia de los descensos registradas en los tres productos estrella de Málaga: la leche de cabra, el porcino blanco y la carne de chivo. Para Asaja, el bloqueo de Rusia hace ya más de un año al porcino y un sector caprino que ha aumentado la oferta son algunos de los motivos que están detrás del descenso, hasta el punto de haber vivido uno de sus peores años de la última década. Desde 2005 el sector ganadero en la provincia no alcanzaba una facturación tan baja, teniendo en cuenta que en 2007 se legaron a supera los 180 millones.
Pero no todo en el campo son alegrías este año. Con la Axarquía y el Guadalhorce en prealerta de sequía y el agua almacenada en los pantanos bajando, para Asaja es vital que las administraciones se olviden del color político y se sienten para empezar a buscar soluciones. «Tenemos una economía pujante y un sector que está trabajando bastante bien, pero si no tenemos agua, poco se podrá hacer», dijo Faulí.
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