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J. A. B.
MADRID.
Domingo, 11 de marzo 2018, 01:12
«No me vale usar un nuevo modelo para permitir el fraude. Si usted es empleado, es empleado y ha de pagar impuestos y la Seguridad Social como los demás». Así denunciaba hace pocas fechas el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, en una entrevista con El Economista, lo que está pasando con la -precisa- «mal llamada» economía digital.
Y es que en este asunto la voz de la gran patronal, en este caso de la pequeña y mediana empresa, no contradice las críticas hechas por los sindicatos. A finales del año pasado UGT ya denunció a Deliveroo, Glovo, UberEats y Stuart por mantener con sus trabajadores una «relación laboral encubierta» por cuenta ajena, esto es, en realidad tendrían que ser sus asalariados pese a que en los contratos figuran solo como autónomos.
La Inspección de Trabajo ha abierto una investigación por ello -en Valencia ya apreció indicios de irregularidades-, mientras el sindicato habla de «prácticas fraudulentas». Por ejemplo, la empresa «organiza su trabajo» y los turnos, les sancionan según su cumplimiento, fijan los precios de los productos, etcétera.
Los llamados 'riders' ponen el tiempo y el medio de transporte, lo demás la empresa aunque algunas (Deliveroo y Glovo) exigen hasta 90 euros por el uniforme y otro material. También les cobran (hasta dos euros cada 15 días) por prestar sus servicios.
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