Adolescentes que crean sus propias empresas: de la ecología a la conciencia social

La iniciativa ganadora del certamen fue la presentada por Esperanza, Miriam, Victoria y Sofía, del colegio Maristas. Estas estudiantes de 4º de la ESO han ideado un proyecto de recogida de basuras a domicilio para aquellas personas que no tienen contenedores cerca, que son mayores o que tienen problemas de movilidad o de falta de tiempo. Con ello, además, buscan que las calles de la ciudad estén más limpias y mantener el atractivo de Málaga como destino turístico. Proyectan que su empresa tenga una plantilla de trabajadores que se moverían con unos camiones eléctricos para no contaminar y que tendrían compartimentos diferentes para hacer posible el reciclaje. Preven ofrecer sus servicios tanto al Ayuntamiento como a las comunidades de vecinos. Primero en Málaga. Y si la idea prospera, no descartarían expandirse a otras provincias. Y también prevén complementar sus ingresos con la publicidad que se podría contratar en los vehículos. Las propuestas tenían que incluir un plan de negocio para demostrar su viabilidad.

También en relación con las inquietudes ecologistas, el grupo de estudiantes de MIT School presentó una propuesta para construir un colegio sostenible usando materiales de bajo impacto medioambiental, con placas solares, sistemas de recogida de agua de lluvia, un huerto para promover una dieta saludable en el comedor, uniformes sin químicos, con reutilización y sin consumo de plásticos ni papel y con asignaturas obligatorias sobre ecología. Su objetivo: que las nuevas generaciones de empresarios, políticos, ingenieros... adopten estos hábitos respetuosos con el medio ambiente como filosofía y como rutina. Los adolescentes del colegio Salliver, por su parte, lo que plantean es la monetización del reciclaje: una aplicación mediante la cual quien recicle recibiría recompensas económicas para canjear, por ejemplo, por tarjetas regalo o abonos para el transporte. Aventuran que, con su propuesta, aumentaría un 31% el reciclaje en España. Planean financiar su proyecto a través de la publicidad: presentan sus plataformas de reciclaje como amplios soportes publicitarios para empresas. Ganamos todos, animan los jóvenes emprendedores: las personas, generando ingresos; las empresas, dándose a conocer a través de la publicidad instalada en sus terminales; y el planeta.

Una propuesta educativa, para luchar contra el abandono y el fracaso escolares, presentó el grupo de estudiantes del Instituto de Educación Secundaria Playamar: su objetivo es dar apoyo y motivación a los docentes diseñando planes de contingencia ante los problemas que puedan sufrir los centros y, también, reducir su trabajo burocrático -una queja muy reiterada por maestros y profesores de todos los niveles educativos- para que toda su dedicación sea la formación de los jóvenes.

La economía social también tiene su hueco en las inquietudes de los jóvenes. Así, el del Colegio Torrequebrada era un proyecto de la mano de la Fundación Vicente Ferrer para sostener dos orfanatos en la India que acogen a niños con parálisis cerebral o con VIH. Los menores afectados con este último virus en un país como India tienen una probabilidad de sobrevivir veinte veces inferior a la de hacerlo en España. No se olvidaron sus emprendedoras sociales de apelar a las agendas de responsabilidad social corporativa de las empresas para lograr financiación para su iniciativa.

Junto con el medioambiente y la solidaridad con los más desfavorecidos, la otra inquietud de las nuevas generaciones es el acceso a una información veraz, no solo sin noticias falsas, sino también sin sesgos. Así, estudiantes de Novaschool proponen el diseño de un sistema, Airis, que, con el empleo de inteligencia artificial, ayude a estudiantes, pero también a inversores y a periodistas, a discernir qué son datos puros y qué es opinión: quieren información de calidad y sin mentiras para una sociedad mejor y menos manipulable.

Por parte del colegio Sierra Blanca, el proyecto de emprendimiento era Avné, una marca de cosméticos contra el acné para todos los bolsillos, todos los colores de piel y contra cualquier tipo de complejo. Su estrategia comercial: redes sociales, 'influencers', demostración de que el uso de sus productos mejora de verdad el estado de la piel y el uso de series de televisión como plataforma. Y se proponen realizar un seguimiento estrecho de la utilidad de su política publicitaria, midiendo los 'likes' en redes y cuántas ventas se canalizan a través del perfil de las personas a las que contraten para la promoción.

Los estudiantes de LEINN en Málaga también muestran las inquietudes de las generaciones jóvenes, con la puesta en marcha de una empresa de márketing, Go Brand, que ya tiene cuatro o cinco clientes de varios sectores a los que están diseñando una estrategia completa de publicidad tanto online como offline. Irene Ibáñez, de 23 años, egresada de la escuela, es co-fundadora de Avantis, una consultora de transformación cultural que ayuda tanto a pequeñas como a grandes compañías y organizaciones a trabajar en sus procesos de innovación, retención y captación de talento. Su compañía ya tiene cinco años de experiencia y además de las dos fundadoras, cuenta con otras dos personas empleadas. Entre sus clientes se cuentan Naturgy o el Banco Santander.

Quédense con todas estas ideas porque cualquier día se convierten en un proyecto empresarial de verdad.