Así es Arthur Ryan, el fundador de Primark que veranea en la Costa del Sol

A sus más de 70 años, su pelo canoso y sus gafas de ver, Arthur Ryan parece un irlandés más pasando unas semanas de descanso disfrutando del cálido invierno de la Costa del Sol. Pocos podrían atisbar que bajo esta fachada se encuentra el "mago del low cost" o, lo que es lo mismo, el fundador de Primark, mientras se toma un aperitivo en una de las terrazas de Marbella.

Su apellido, en lugar de Ryan, debería ser el de "discreto". Hace unos años que dejó su puesto al frente de la cadena de ropa, aunque sigue ejerciendo de presidente y sus consejos se siguen al pie de la letra. Abrió su primera tienda en Dublín y la dejó con 190 por todo el mundo, 40 de ellas en españa. Y todo gracia a su estrategia de que ninguna de sus prenda superase los 35 euros. "Es ante todo un especialista en merchandising, técnica que considera decisiva para que la gente compre", detallan sus más cercanos.

"Ryan consiguió hacer en la moda lo que hizo su compatriota Michael OLeary para el transporte aéreo (Ryanair), es decir, tener mucha oferta de producto y venderlo barato; Ryan se diferencia de OLeary en evitar ser el centro de atención", revelan Luis Lara y Jorge Mas en el libro 'Por qué unas tiendas venden y otras no' (Editorial Libros de Cabecera).

Los autores también destacan una anécdota que resume bien su filosofía: "Cuando un dueño de una fábrica le ofreció un producto que costaba cinco libras y se podría vender en la tienda por diez, Ryan contestó que no le interesaba". Quería uno que costara tres libras y que se pudiera vender en tienda por siete.

Nunca da entrevistas

Pero nunca ha querido que le reconozcan su éxito de la que ya en la primera cadena de moda en España en número de clientes, ya que 8,9 millones de españoles compraron alguna prenda de vestir en la firma en 2015, según datos de la consultora Kantar Worldpanel. Ni siquiera se le ponía cara hasta que hace unos años acudió a la entrega de un premio rompiendo su halo de misterio. Una filosofía que comparte con el fundador de Inditex, Amancio Ortega. Nunca da entrevistas y su agenda sólo la conocían sus empleados más cercanos. Además, nunca se movía sin guardaespaldas por temor al secuestro, especialmente en los años del IRA.

Hijo de un vendedor de seguros, casado y con una hija, desde que abandonó la primera línea de la empresa vive a caballo entre Dublín y la Costa del Sol. En Irlanda cuenta con una mansión con los últimos sistemas en seguridad, de su casa en Málaga pocos detalles se conocen. Al igual que de su biografía, que sólo se llena de sus éxitos al frente del actual Primark... aunque la cadena comenzó llamándose Penneys en Dublín en 1969.