Alejandro Davidovich pierde tras cinco sets... por un 'warning'

¿Faltaba otro guión imposible para un partido de Davidovich? Lo hubo este miércoles. Perdió su partido tras cinco sets y 'super 'tie break' por... abuso de pelota. Tal y como leen. Recibió un segundo 'warning' (el primero por proferir palabra malsonante) en menos de cinco minutos de intervalo por el juez de silla portugués Carlos Ramos por dar un pelotazo hacia arriba a la bola sin el punto ya en juego. Siendo fiel al reglamento, fue notoria la falta de tacto del árbitro, que no tuvo en cuenta lo mucho que se jugaban en ese momento el malagueño y su rival con un 7-9 en contra y aún un saque para el rinconero. El segundo 'warning' es un punto en contra, una de las dos bolas de partido, las primeras en casi cuatro horas de batalla, que tenía que levantar.

“Lo que he tenido es un poco de retraso mental. De esto se aprende e intentaré que no pase otra vez en el futuro. He cometido un error que debo asumir. Terminar así no mola, aunque estoy contento con el rendimiento y voy a quedarme con eso”, asumió en rueda de prensa más el frío el pupilo de Jorge Aguirre, que con todo se quedó sentado unos minutos en la silla tras el castigo rumiando lo sucedido y bloqueado.

Todo iba encaminado al mismo desenlace que el lunes, en la gran sorpresa de la jornada ante Hubert Hurkacz, con partido largo, 'break' abajo en el quinto set y desenlace en el 'super tie break', formato de estreno en los Grand Slam y que inauguró precisamente el malagueño en Wimbledon. Pero las cosas no salieron del lado de Davidovich ante un rival a priori más propicio, pero otro 'cañonero' del circuito, Jiri Vesely (68º).

Davidovich (37º) tiró de paciencia, fue de menos a más, remontó un set en contra y por momentos se sobrepuso a la etiqueta de favorito, porque aunque no era un encuentro fácil, se le podía dar esta consideración. Cuando todo parecía encaminado, con dos sets a uno, su rival elevó varios puntos más su nivel para imponerse después de otro duelo maratoniano: 3-6, 7-5, 7-6 (2), 3-6 y 6-7 (7). En el global de puntos, 180 a 176 para Vesely, una minucia.

De un tiempo a esta parte se ve a Vesely (29 años) más pasado de peso, pero no pierde fuerza ni potencia en su saque y volea. El zurdo de Pribram de 1,98 parece que no necesita correr demasiado por la pista, pero ejerce dominio de los puntos con mucha contundencia, y si hay que correr sorprende cómo mueve sus 93 kilos. Octavofinalista dos ediciones en Wimbledon (2016 y 2018), este año sorprendió llegando a la final del ATP 500 de Dubai y eliminando en fila a Cilic, Bautista, Djokovic y Shapovalov. No hay muchas dudas de que la hierba es su mejor superficie y, de paso, si su rival no comenzó a su mejor nivel estuvo cerca de situarse dos sets arriba.

Y es que el partido comenzó con un dos de dos en puntos de 'break' para el checo y un cero de ocho de Davidovich. 3-6 y 2-4 llegó a tener de ventaja Vesely antes del primer punto de inflexión en el duelo. Hasta entonces el pupilo de Jorge Aguirre estuvo más impreciso de lo esperado, y en la primera manga su rival estuvo por encima del 90% en puntos ganados con el primer saque.

Preocupante fue que comenzara perdiendo su servicio nada más empezar la manga y que malograra después cinco bolas de 'contrabreak', incluso un 0-40. Muchos juegos al resto empezaban con 0-30, pero no llegaba el quiebre y Davidovich se desesperaba, hasta el 4-4 que cambió la dinámica del choque. El rinconero volvió a romper en el juego final y puso el 1-1 y se le vio más entero en la tercera manga, aunque tuviera que decidirse en el 'tie break'. Antes, en otra nueva bajada de tensión, había empezado 'break' abajo, pero se repuso y jugó dos puntos magistrales en la 'muerte súbita', dos opciones en las que parecía fuera de la pista. El 7-2 final lo dice todo.

Parecía que la dinámica del encuentro iba claramente a favor de Davidovich, pero Vesely jugó un cuarto set casi inmaculado, con muy pocos errores, y aprovechó para romper en el octavo juego después de un saque por bajo del malagueño cuando no tocaba. El malagueño sólo tuvo una buena opción en el sexto juego, con 15-40 y otra ventaja posterior, pero sendos primeros saques del checo hicieron imposible poner la bola en juego. Se tuvo que llegar como el lunes a la quinta manga y otro quiebre de Vesely parecía definitivo, pero reaccionó Davidovich con maneras que recordaron a su hombrada del lunes y nadó hasta morir en la orilla de la forma más inesperada.

Una lástima, porque hubiera tenido un cuadro muy propicio, con Tommy Paul de rival en dieciseisavos y Norrie o Johnson en octavos. Ahora hará otra minigira de tierra (Bastad, Hamburgo y, seguramente, Gstaad), en la que puede tener opciones de buscar un buen resultado. Analizado el rigor del juez de silla, cabe plantearse si el rasero hubiera sido igual con una gran figura.

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