Davidovich, en tercera ronda de Wimbledon por primera vez

Van de Zandschulp llegó a Londres con una mala racha de seis derrotas seguidas desde que perdiera ante Rune la final del ATP 250 de Múnich, de lo que se redimió ganando en primera ronda y a cinco sets a Zhizhen Zhang (52º), pero precisamente ese detalle pudo ser determinante, al salir a la pista con menos descanso que su rival. De forma atípica ambos jugaron en la víspera, pero su duelo fue mucho más duro y largo. Y ahora a Davidovich le espera competir este sábado, por tercer día seguido, ante el sexto favorito, Holger Rune (verdugo este viernes de Carballés en tres mangas), al que venció hace meses en tierra en Madrid, en el único precedente.

En el primer set se vio a un Van de Zandschulp abúlico, muy parado, como si no fuera con él la cosa. El neerlandés, que recuerda en su forma de moverse y en sus ademanes a Sam Querrey, se hizo el harakiri con dos 'autobreaks'. Tres errores en sendos turnos al saque le dieron una cómoda ventaja a Davidovich, y sólo le igualó algo el partido a la hora de cerrar la manga. Pero el malagueño jugaba con mucha profundidad, sacaba bien y resolvía con acierto sus subidas a la red.

La renta pudo ser mayor, porque en juego muy peleado al inicio del segundo set estuvo cerca del 'break', pero fue entonces cuando se dio un cambio brusco. Van de Zandschulp se vino arriba y en un santiamén de tres juegos colocó ya nueve golpes ganadores y se disparó. Aunque su rival mantuvo opciones peleando con un solo 'break' de desventaja, se igualó la contienda.

Cada manga fue una historia. Porque en la tercera de nuevo el de La Cala del Moral empezó rompiendo y se fue a por el partido. Tuvo que recurrir a dos saques por bajo, marca de la casa, para conservar la renta, que se vio varias veces amenazada, y hasta tuvo que ser atendido de una raspadura en una falange de la mano derecha en un punto en el que voló sobre la hierba y dio pie a su leyenda de 'palomitas'.

En el cuarto y definitivo set fue clave el quiebre de salida, que volvió a administrar con temple. Colocó otro saque por bajo, tuvo en dos puntos clave la ayuda del Ojo de Halcón y cerró al resto, en la cuarta bola de partido. Ver para creer después de las dudas ofrecidas en hierba antes de llegar a Wimbledon, pero este Davidovich parece otro y ya es el único superviviente del cuadro masculino, junto a Carlos Alcaraz, de la 'Armada'.