El comienzo de las Finales de la Billie Jean King Cup de Málaga estuvo marcado por las fuertes lluvias que azotaron a la provincia este miércoles, que propiciaron también la suspensión del partido inaugural, uno de los platos estrella de la competición, el España-Polonia, ... debido al nivel rojo de alerta en todo el territorio por la DANA. El encuentro se pasó al viernes por la mañana y la sucesión de los acontecimientos hizo que fuera el Japón-Rumanía el encuentro que abriera el torneo.
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No fue el estreno soñado para la competición en Málaga, ciertamente. Un día laborable en un horario comprometido para la mayoría de aficionados (el encuentro comenzó a las 12.00 horas) dejó una imagen pobre en las gradas, con los grupos de animación de ambos combinados nacionales, ubicados detrás de los banquillos, como únicos protagonistas en las butacas. Los rumanos, ataviados con prendas amarillas y banderas nacionales, se entregaron a fondo para animar a su selección, que comenzó ganando y terminó mordiendo el polvo en el doble.
Además, estaba previsto que acudieran alumnos de centros escolares de toda la provincia, pero la suspensión de las clases por el temporal dejó todos esos asientos vacíos. Se trata de una maniobra habitual de la ITF para dar color a las gradas en los encuentros en los que se prevé menos afluencia de público. El año pasado, cientos de alumnos de distintos centros disfrutaron el Países Bajos-Gran Bretaña de la Copa Davis en vez de cursar las asignaturas que marcaban sus horarios.
Pero la cosa mejoró en el turno de tarde. El Eslovaquia-Estados Unidos, al que acompañó el horario, le dio color a las gradas, que lucieron bien nutridas de aficionados nacionales y también extranjeros. Como en el primer partido, también hubo animadores locales que corearon los nombres de sus países entre punto y punto y entre juego y juego. Los más ruidosos de la sesión vespertina fueron sin duda los eslovacos, que se dejaron ver también durante la jornada en otros puntos de la ciudad tenística en la que se ha convertido esta barriada de la Carretera de Cádiz.
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Con capacidad para alrededor de 4.500 espectadores, se estima que fueron unos 2.500 aficionados los que se desplazaron hasta la explanada anexa al Martín Carpena para disfrutar de este partido, que comenzó pasadas las seis de la tarde. Este viernes a las 10.00 horas se disputará el España-Polonia aplazado (en principio se iba a jugar el jueves a las 17.00 horas), con el interrogante de cómo lo acogerá el público nacional tras el cambio de fecha y de hora, también en una franja comprometida.
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