Mucho tenis, pero poco premio

El guion de partido de Davidovich salió a la perfección durante casi dos horas de partido antes de desquiciarse. Se cruzaban por primera vez dos tenistas separados por un par de meses en edad, de ascendencia rusa y de un juego muy atractivo para el público, aunque Shapovalov ya llegó a estar en el 'top ten' (en septiembre de 2021) y ha ganado dos títulos (Estocolmo, en 2019, y la ATP Cup, en enero).

Seguramente en el duelo con más público en la grada de su carrera, en la pista 2 del recinto en el desierto californiano, Davidovich estuvo cerca de pasar a la tercera ronda. En el primer set tuvo bolas de 'break' en todos los juegos al saque de su rival, menos en uno, y casi se fue al 3-0 inicial, pero dilapidó un turno al servicio con 40-0. Fue una primera manga maratoniana, con puntos espectaculares, numerosos errores no forzados del canadiense y un final inesperado, un juego en blanco al resto para poner el 6-4.

En el segundo set creció el nivel de Shapovalov, consciente de que no tenía ya mucho margen de maniobra. Sus errores no forzados se redujeron mucho, pero pese a ello Davidovich tuvo un punto de quiebre desaprovechado para el 2-0. Un juego de más de diez minutos en el séptimo, después de salvar hasta cinco oportunidades de 'break' de su oponente, fue determinante. Eso y las dos oportunidades de 'contrabreak' posteriores no anotadas.

Ahí pareció acabarse el partido. El tercer set comenzó con tres 'breaks' seguidos, alternos, y un enfado de Davidovich al encenderse los focos de la pista (que deslumbraron de repente), petición suya al juez de silla, Mohamed Lahyani, que se efectuó en pleno punto que tenía dominado. Hubo que repetirlo y eso le hizo descentrarse. El choque se puso cuesta abajo para Shapovalov, ya en su mejor versión, dominador absoluto y con muy pocos fallos. Ni siquiera al saque, y ahora al rinconero le queda un solo torneo para poner fin a la gira en rápida, el Masters 1.000 de Miami.