Davidovich, por la vía rápida ante Kukushkin

Por eso el malagueño tuvo un arranque muy frío en la pista 6 en París, una de las secundarias, con menos público, pero muchos españoles, y sin presencia apenas de fotógrafos. Que el primer día es crítico en Roland Garros se lo pueden preguntar a Thiem, eliminado en cinco mangas por Andújar, o a Alexander Zverev, que se vio con dos sets abajo ante su compatriota Otte.

El hecho de que en su tercera presencia en el cuadro final del torneo Davidovich saliera ileso y sin sufrir de la cita dice mucho ya de la progresión del rinconero. En un partido de Grand Slam, largo casi de forma inevitable, siempre se pueden tener altibajos, pero fueron controlados. Como en un arranque con muchos 'breaks', hasta cinco en la primera manga, después de un juego inicial de casi siete minutos de duración.

Davidovich se alzó con 6-4 en el primer parcial y controló con pulso más firme el resto del choque, en el que ambos contendientes afinaron algo su tenis. Un sólo 'break' en el séptimo juego, en la única opción que se planteó en todo el set por parte de ambos jugadores, resolvió la segunda manga, otro 6-4, y algo similar sucedió en la tercera, ya con un Davidovich muy calmado consciente de que la situación estaba muy controlada.

El pupilo de Jorge Aguirre había disfrutado de dos puntos de ruptura en el primer juego, y luego tres más en el séptimo, pero las malogró todas y fue en la sexta opción cuando se puso con 4-3 y saque y más de medio partido ganado. Kukushkin, que llegó a ser 39º del mundo en febrero de 2019, pero que había encadenado cinco derrotas en tierra, dejó de tener fe y entregó la cuchara con un nuevo' break'. Al final, 6-4, 6-4 y 6-3 en una hora y 57 minutos, lo que no está nada mal para empezar.

Davidovich se cruzará ahora con el holandés Botic van de Zanschulp(154º), procedente de la fase previa y que sorprendió este domingo al polaco Hubert Hurkacz (20º) en una remontada en cinco sets (6-7, 6-7, 6-2, 6-2 y 6-4). Más especialista en superficies rápidas, no se ha medido nunca al malagueño.