Alejandro Davidovich fulmina a Van Assche y espera a Djokovic en París

No es este el caso. Del 6-4, 6-3 y 7-6 (6) en dos horas y 35 minutos contra Van Assche a ganar en cuatro mangas, pero en menos de tres horas, en el debut. Más que notable cara al momento clave, que es el cruce directo ya con un cabeza de serie que va a ser nada menos que Novak Djokovic (tercera raqueta mundial), el gran favorito al título, junto a Carlos Alcaraz, en ausencia de Nadal y con Medvedev eliminado.

Son ya 87 victorias en Roland Garros (sólo superado por Nadal) del serbio, y dos títulos. Por más que su gira en tierra este año no sea boyante y que reconozca que tarda más en recuperarse del esfuerzo tras los partidos, no deja de ser un examen complicadísimo.

Ni siquiera el hecho de que Davidovich le ganara en el último cara a cara (en Montecarlo en 2022) a Djokovic, que se preparó los días previos en Marbella, convierte en favorito al malagueño, pero parece claro que el rinconero está ya para muchos cosas más que una simple cosecha de juegos en cada set. Precisamente de aquel 6-3, 6-7 (5) y 6-1 de Mónaco quedó una estadística para la historia: los nueve 'breaks' sumados por el malagueño, un récord negativo en la carrera del astro serbio.

Lo que queda claro es que la cita será un cruce de vías, porque de superar la batalla, el camino puede suavizarse una o dos rondas más, con Varillas o Hurkacz (que no es ni mucho menos un especialista en arcilla) como el rival de un hipotético duelo de octavos.

El partido ante Van Assche tuvo poca historia. La emoción quedó para el final. En las dos primera mangas Davidovich arrancó con un 'break' de ventaja en el juego inicial, y fue administrando la renta sin verse con opciones de perder nunca su servicio. Es cierto que la afición francesa quiso presionar ante cualquier mínimo atisbo, pero el tenista galo apenas se movía en escenarios en los que pudiera suponer una amenaza real.

Van Assche, que acaba de cumplir 19 años y ha entrado este año en el 'top 100' ya cayó ante el malagueño en Estoril, precisamente en el primer partido de la gira de tierra, y no mejora a Davidovich de momento en nada. Siendo un tenista muy correcto y académico, jugó en exceso desde el fondo. Se impuso en algunos intercambios, pero cometió más errores no forzados, se vio muy lastrado por su segundo servicio y estuvo muy por debajo en los momentos de más tensión.

Era normal. Con sólo cuatro años y pico más, Davidovich ejerce de veterano a su lado, sin dejarse arredrar por el ambiente de la pista 14, con gradas que superan a la central de muchos tornes del circuito. Incluso se dejó ir algo al resto en el segundo set. Un nuevo 'break', el tercero del partido, para cerrar esta manga, le permitió sacar para abrir el set definitivo, el más reñido.

En Roland Garros es casi imposible no tener algún bache, en partidos que muy rara vez bajan de las dos horas. Pasado este periodo Davidovich concedió al fin un 'break point' a Van Assche, que rompió en el quinto juego pero no acabó definiendo. En el momento de cerrar el set, y aun teniendo un punto para llevárselo le tembló el pulso. También en la 'muerte 'súbita', con 5-4 y sacando para resolver o con 6-5 y restando.