Batacazo de Davidovich ante Griekspoor en Roland Garros

Se volvió a repetir para el malagueño la maldición que le persigue como cabeza de serie. En los tres 'Grand Slam' a los que ha acudido como tal, se han dado derrotas en primera ronda de las que duelen. No es que tuviera un cuadro especialmente propicio este año en París (se preveía un cruce en dieciseisavos con Zverev), pero el tropiezo implica perder 360 puntos que no ha podido defender y que le harán perder en cuestión de dos semanas muchos puestos en el 'ranking'.

Fue un duelo extraño. Con un espejismo inicial, el 6-1 del primer set, y una dura realidad después, cuando durante casi dos horas de partido Davidovich nunca pudo imponerse a su rival desde el fondo de la pista, para ceder por 0-6, 4-6 y 3-6 en las tres mangas siguientes. Ver para creer.

Davidovich jugó con suma comodidad los primeros minutos. Ganó en sus tres primeros turnos al resto, remontando sendos 30-0 en los dos primeros. Nada daba a entender que no sería una victoria fácil y relativamente cómoda. Pero el comienzo del segundo set marcó el punto de inflexión. Griekspoor comenzó a jugar mucho más profundo, con más ganadores y dominando desde atrás, obligando a su rival a moverse lejos de a línea de fondo.

No fue un Griekspoor inhumano, pero sí un Davidovich demasiado irreconocible. Sin consistencia en su juego alguna, lo que se fue transformando en una pérdida de confianza sin vuelta atrás, pese a las oportunidades que concede un duelo a cinco sets. En un santiamén se vio con 2-0, aun pensando que podía igualarlo. Y en pocos minutos más con un 4-0. La mentalidad entonces suele ser guardar fuerzas para la tercera manga, pero el rinconero ni siquiera pudo sacar adelante el último turno al servicio para empezar sacando en el tercer set, lo que tiene su importancia.

Del 6-1 al 0-6, en 47 minutos, antes de un tercer periodo que duró más tiempo que los otros dos. Ya fue premonitorio que no se viera una reacción clara de Davidovich, favorito por más que Griekspoor sea un jugador en plena explosión, capaz de ganar ocho torneos Challenger en 2021, un récord en la ATP. El holandés sólo llevaba dos victorias en arcilla este 2022, ambas en la última cita, en Ginebra, más dos en Roma, pero en fase previa. Sin embargo, la inconsistencia de su oponente le hizo oler sangre y entró a degüello.

No tiene un punto fuerte dominante, pero pocos débiles cuando está con confianza. En un año con dudas, jugado ya siempre en el ATP Tour, disputó este domingo su mejor partido. Ante un Davidovich con dudas, sin creerse lo que sucedía, llegaron las primeras opciones de 'break', y se colocó con 3-5. Entonces aún se vio un hálito de vida en el malagueño, que logró el 'contrabreak' más por deméritos de su rival, con dos dobles faltas y nervios. Fue al cuarto intento, también sintomático. Como que después entregara el set, en otro 'break'.

Tampoco hubo reacción en el cuarto. El quiebre para el 2-1 no lo consolidó al juego siguiente, 2-2, y luego hubo un tiempo médico por unas molestias en un pie con el que también pudo tratar de buscar una pausa que le diera otra mentalidad. No cambió nada. Inferior desde el fondo, con menos 'winners', llegó el temido 'break' que cavó su tumba, con apenas dos horas y cuarto y muchas semanas ahora para meditar, porque no competirá a priori en la primera semana de hierba y estará en Wimbledon, en donde no se repartirán puntos, algo que tampoco le viene bien (tenía pocos que defender de 2021), pues era otra oportunidad para auparse en el 'ranking'.