Davidovich, impotente ante Zverev

Lo vivido fue ese tipo de situaciones en las que todo le viene largo a un jugador. No fue sólo un problema físico como mental lo que lastró al pupilo de Jorge Aguirre, en un deporte que es individual no admite tiempos muertos, ni 'coaching' de los entrenadores. La ansiedad por querer resolver con antelación y un porcentaje muy bajo de primeros servicios (52%) como de puntos ganados con el segundo saque (28º), por las molestias mencionadas, le pesaron al malagueño en una primera manga extraña, en la que se dieron siete quiebres. No se vio a ninguno de los dos tenistas desenvolverse con comodidad, pero Zverev aportó su oficio para salir airoso de dos situaciones con un 'break' abajo, que Davidovich nunca pudo consolidar. Sin sufrir en exceso desde el fondo de la pista, el problema fue la precipitación en el juego, en su debut en la Philippe-Chatrier, la central del recinto en el Bois de Boulogne.

«¡Es de locos! ¡Ni un primero meto!», gritaba desesperado Davidovich, que entró en el segundo set ya fuera de sí mentalmente, como en sus peores días. Sobrepasado por las circunstancias, en una de las pistas más amplias en que ha jugado en relación a las distancias desde la línea de fondo a las vallas, entregó el segundo set en apenas 27 minutos, y no cambió su respuesta en el arranque de la tercera manga, después de retirarse a vestuarios para tratar de tomarse un tiempo adicional para reflexionar.

Un 'break' en el primer juego fue la puntilla. No hubo ni amago de reacción en un momento crucial. Era como perder la última baza, la de soñar con la remontada clásica de un partido a cinco mangas en un Grand Slam. Ni anotarse su primer juego en blanco al saque en el partido (para el 2-1) animaba al rinconero, en una fase del choque en el que los servicios se ventilaban ya con suma rapidez. Y es que Davidovich no volvió a anotarse más juegos. Hacía muchos minutos que no disfrutaba en la pista y quería poner fin al calvario.

«Sentí un dolor muy agudo. He pasado horas y horas en la camilla. Sé que tras todo lo que he hecho durante días y la fuerza que tengo, acabar así es duro mentalmente. Me ha fallado el físico y la mentalidad. Estaba roto. No sabía si podía dar mi cien por cien. Lo intenté. Salí a pista y lo hice lo mejor que pude, pero tras el primer set ya estaba KO», se sinceró después en la rueda de prensa telemática con los medios. Su estado físico y cansancio han provocado, como era previsible, que haya tomado la decisión de prescindir de una de las dos citas en hierba preparatorias para Wimbledon, la de Queen’s (Londres), de manera que podría reaparecer en Eastbourne, también en Reino Unido.

«Estar en cuartos de Roland Garros ha sido un sueño hecho realidad. De verlo por la tele a poder disputarlo, obviamente es gratificante. Pero me voy con una espina que no quería. Sé que tengo que mejorar muchas cosas. Otro año sé que voy a estar luchando con los 'tops' en cuartos», fue su mensaje de despedida, el del nuevo 35º del mundo.