No es Rafa y, sí, es malagueño
Análisis ·
A Davidovich, que no es ruso y es el primer tenista español sub-21 en octavos de un Grand Slam desde 2008, no le hace justicia la eterna comparación con NadalAnálisis ·
A Davidovich, que no es ruso y es el primer tenista español sub-21 en octavos de un Grand Slam desde 2008, no le hace justicia la eterna comparación con NadalAfuerza de seguir de cerca la carrera de Alejandro Davidovich, del que tengo referencias desde que tenía 4 años y apenas se elevaba sobre la red de una pista, aún se le asocian dos absurdos estigmas. El primero, el clásico comentario de «pero, ¿este chico es malagueño?», ante sus apellidos y fisonomía eslavos. Hijo de rusos, curiosamente es más 'boquerón' que otros nombres ilustres de la cultura y el deporte locales. Criado en La Cala del Moral, residente en Fuengirola, se entrena en Marbella (y, a veces Mijas) y se ha forjado en la Costa del Sol, al margen de los dos grandes focos nacionales: Barcelona y Valencia-Alicante.
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El segundo estigma puede que le persiga más tiempo: «Pero Nadal a su año ya había ganado Roland Garros y era número dos mundial». Y es que nadie sale bien parado de la comparación con el balear, que seguramente no tendrá émulo en décadas (o nunca) en el tenis español y que es para muchos el mejor deportista nacional de todos los tiempos. Establecer vínculos es injusto no sólo porque el deporte de la raqueta ha entrado en otra era, en la que la juventud tarda más en dar el salto, sino también por sus perfiles casi antagónicos. Temperamental y genial el malagueño, estable y portentoso en lo físico el de Manacor.
Sería mejor quedarse con otros detalles concluyentes que lo colocan junto al murciano Carlos Alcaraz (17 años, ya en el 'top 200') como los dos líderes llamados a relevar a una generación que desaparecerá a lo sumo en un lustro. Davidovich es el primer tenista español en edad sub-21 que llega a octavos de final en un Grand Slam desde 2008 (sí, su precursor fue Nadal). A día de hoy sólo tiene a otros dos jugadores en el circuito ATP con mejor 'ranking' habiendo nacido después (hablamos del canadiense Auger-Alliasime, vigésimo, y del serbio Kecmanovic, 47º). Esto y el hecho de haberse coronado como júnior en Wimbledon hablan ya mucho de su potencial.
Porque la trayectoria de Davidovich no ha hecho más que empezar. Suceda lo que suceda hoy en su primer duelo oficial ante un 'top ten', el alemán AlexanderZverev (no antes de las 18.30 horas, en directo por Eurosport), ya ha sacado matrícula de honor. Pasar tres rondas en su debut en un US Open en una temporada tan atípica habla a las mil maravillas de su equipo de trabajo, con Jorge Aguirre a la cabeza y la labor de su psicólogo de siempre, Antonio de Dios. Son muchos los que piensan que a Davidovich no le falta tenis para seguir creciendo, que su mayor debe son sus lagunas de concentración cuando se ofusca en el desarrollo de los partidos. Su actuación ante Novak, Hurkacz y Norrie en Nueva York habla mucho, y bien, de quienes lo asesoran y de lo mucho que ha mejorado en esta faceta, y no puede ser casual tampoco en su mejora esas dos semanas de entrenos en Marbella como 'sparring' del número uno, Novak Djokovic.
Técnicamente, Davidovich no es un gran sacador ni su altura le permite extraer grandes ventajas del servicio. No tiene por ello tantos puntos gratuitos en superficies rápidas como decenas de rivales, pero cuenta con otras virtudes. Domina toda suerte de golpes, cambia muy bien el ritmo de las bolas, y su insistencia con las dejadas, que combina con precisos globos, le da muchos réditos. El rinconero es un tenista que agrada ver. Siempre da espectáculo y es atrevido, como en su recurso al saque por bajo (que va a mas en el ATP Tour), con el que se jugó una bola de set ante Hurcakz o que aplicó en la olla a presión de Río de Janeiro ante el local Seyboth Wild. Además, su movilidad en la pista le había permitido destacar preferentemente en tierra, pero su entrenador está convencido de que la madurez en su juego lo terminará haciendo muy peligroso en pista rápida, en una evolución normal muy acorde con el tipo de jugador español actual, lejos de aquel prototipo terrícola de antaño.
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Con su triunfo ante Norrie (lleva tres consecutivos ante rivales con 'ranking' superior), Davidovich se sitúa provisionalmente el 69º del mundo, a falta de próximas actualizaciones. Se da la paradoja de que su temporada no estaba siendo buena hasta este torneo, con la explicación lógica de que era su primer año como 'top 100' y jugando todo su calendario en el ATP Tour, no en los Challengers. El lunes partió como el 99º, su punto más bajo este 2020, pero ya ha superado no sólo su tope (el 82º), sino el de cualquier otro malagueño en la 'era open' (Emilio Álvarez fue el 81º en junio de 1997). Davidovich se suma al atleta Ouassim Oumaiz (sí, también es malagueño) y a la jugadora de pádel Bea González. Tres talentos de oro cada uno en sus disciplinas y de la misma generación. Sin ánimo de restar mérito a la última, los dos primeros brillan entre una enorme competencia mundial. Tres nombres que darán muchas alegrías al deporte local.
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