Davidovich hace historia al acceder a la tercera ronda en el US Open

Lo volvió a hacer. Otro hito en la triunfal carrera de Alejandro Davidovich. A la altura de su título júnior en Wimbledon, la primera conquista de un Challenger (en Sevilla) o las semifinales en el ATP 250 de Estoril hay que colocar su pase anoche a la tercera ronda de un Grand Slam, cima nunca hollada por una raqueta local. Ni Emilio Álvarez ni Adrián Menéndez superaron más de una criba en un 'grande', lo que sí ha conseguido ya a sus 21 años el talento rinconero, que se está rendimiento en Nueva York, en el US Open, de un arranque frío de temporada y el inconveniente paréntesis de la pandemia. El pupilo de Jorge Aguirre se deshizo en cuatro sets del polaco Hebert Hurkacz (24º favorito y 33º del 'ranking' ATP) en dos horas y 46 minutos por 6-4, 1-6, 6-2 y 6-2.

Parecía una empresa complicada la que tenía ayer Davidovich –que además tuvo que aguardar más tiempo de los previsto al inicio del choque–, pero desde el primer punto del partido dio sensación de que iba a poder con el gigantón polaco, al que barrió en el primer set permitiéndose el lujo de anotarse la manga en un punto tras un saque por bajo, un recurso cada vez más visto en el circuito y que no es la primera vez que emplea el malagueño, que supo leer muy bien el saque de Hurkacz y que estuvo firme con su servicio.

Contrarrestada inicialmente la mejor arma de su rival, quedaba claro que en el reparto de golpes Davidovich tenía mucho que ganar, y se anotó esa primera manga sin conceder bolas de 'break' y disfrutando de muchas oportunidades para romper a su contrincante, lo que no logró hasta el quinto juego y a la sexta oportunidad.

Hurkacz volvió de un paseo al baño más fortalecido. El partido cambió. Y de qué forma, porque el tenista polaco, discípulo del estadounidense Craig Boynton (que ha llevado, entre otros, a Jim Courier, John Isner, Sam Querrey o Steve Johnson) elevó sus prestaciones hasta el punto de que Davidovich acabó dimitiendo del segundo set. Ya salvó dos bolas de 'break' en su primer juego al saque, pero en el siguiente empezó un derrumbe, con sólo once puntos ganados en el set.

Empezaba un nuevo partido, pero Davidovich volvió a mostrar la misma entereza mental que le permitió ganar en la ronda previa a Novak. Pese a unas dificultades en el inicio de la cuarta manga, logró un trabajadísimo 'break' (en un punto con doble dejada) en el sexto juego, uno de los más largos y que fue un momento clave en el partido, quizás el más determinante de todos. La ventaja le valió para consolidar su jerarquía en el partido ante un Hurkacz que se quejó de la elevada humedad y de los problemas para mantener el equilibrio con los pies demasiado mojados. El abuso de las dejadas del rinconero no siempre le proporcionó réditos, pero aun cuando no lograba suficiente sorpresa, sacaba de posición al polaco y ganaba espacios para buscar el 'winner'.

En el quinto set el reto para Davidovich fue saber cerrar el choque. Hurkacz se dolió de su brazo derecho y fue atendido cuando ya había cedido un primer 'break'. Parecía hecho, pero el gigante aún sacó fuerzas de flaqueza para alargar la agonía. El malagueño estará en dieciseisavos de final. Y no sólo eso, visto su nivel con opciones reales de pasar a octavos.

El británico Cameron Norrie (76º del 'ranking' ATP), que superó anoche al argentino Federico Coria (103º) por 6-3, 6-4 y 6-4, será el rival del malagueño en los octavos de final. Ambos coincidieron hace dos años en el España-Gran Bretaña de Copa Davis en Marbella, cuando Davidovich era sólo un 'sparring' del equipo hispano y Norrie, semidesconocido hasta entonces, se rebeló como un tenista rocoso y de gran movilidad en la pista, aunque sin un gran servicio, lo que concede opciones mañana (hora por definir) al rinconero.