Davidovich ya piensa en cotas mayores en el US Open

Más de cuatro horas tuvo que esperar Davidovich a que comenzara su partido en la pista 12 sobre el horario más temprano posible. Esto, que suele traicionar la concentración de los tenistas, no lo acusó en la pista, con un apabullante 6-1, 6-4 y 6-3 en una hora y 42 minutos. Precisamente fue el mayor de los Cerúndolo, Fran (20º) el culpable de la demora, con un intento de remontada que no se consumó ante Jiri Vesely, a cinco mangas.

A Davidovich se le hizo de noche en Nueva York, pero su tenis tiene luz suficiente para iluminar. Deleitó al público, de nuevo con el capitán español de la Copa Davis presente, David Ferrer, con un primer set que fue en sí mismo una obra maestra: 23 minutos de sinfonía con un 86% de puntos ganados con primeros y doce 'winners', por dos de un rival acomplejado, desbordado por el ritmo de su rival, que le hacía jugar muy lejos del fondo y forzaba su revés, menos competitivo.

Es un caso atípico el de Juan Manuel Cerundolo, un debutante ganador en un torneo ATP, en 2021 en Buenos Aires (en tierra), en su casa. Tenía 19 años y se le presagiaba tanto o más recorrido que a su hermano Fran, cuatro años mayor. El zurdo completa una familia volcada con el deporte, con una hermana internacional absoluta en hockey, padre extenista y madre psicóloga deportiva.

Sin embargo, el menor de los Cerundolo, que fue 69º en enero de 2022, no fue rival para un Davidovich henchido de confianza y con una frescura desbordante en la pista. Sólo en el segundo set se igualaron más las fuerzas, con el argentino algo más atrevido. El rinconero, un poco errático, perdió dos veces su servicio, pero ni por esas peligró la manga.

Y menos la tercera. Aunque Cerúndolo, que ya remontó dos sets en contra en primera ronda ante Ivashka, parecía ir a más en sus prestaciones, pero no le dejó margen para la sorpresa un Davidovich que logró el break' en el quinto juego y cerró el partido con otro quiebre en el noveno. Doblando casi en 'ganadores' (33-17) y con la mitad de erores no forzados (17-36) es casi imposible evitar una paliza, máxime cuando su primer saque apenas fue competitivo.

Casi a la misma hora, con apenas tres minutos de desfase, se resolvía el cruce de diecisesisavos de Davidovich, el esperado ante el decimocuarto favorito, un Tommy Paul, que remontó ante Saifullin en cinco mangas (tres horas y cuarto de partido, mucho más desgaste) que ya ha sido verdugo del malagueño en los dos precedentes, ambos este año: en cinco mangas en el Abierto de Australia y en dos en el Masters 1.000 de Miami, en ambos casos referencias muy a tener en cuenta en la misma superficie.

Sin ser un cuadro ni mucho menos prohibitivo hasta unas posibles semifinales (ante Djokovic), Davidovich necesita erigirse en némesis de los ídolos locales: Paul y, puede que Shelton y Tiafoe. Son rivales accesibles ante el tenis que está mostrando, pero por supuesto nada sencillos.