El tenis, muy cruel con Davidovich

Y, sin embargo, después de cuatro sets resueltos en cruentas 'muertes súbitsa' mandó Auger-Aliassime. Difícil de creer, como la versión extremadamente seria y disciplinada de Davidovich, que sólo cedió dos veces su servicio en un periodo tan prolongado. Las explicaciones hay que encontrarlas en el nivel de excelencia adquirida por el de Montreal, en el mejor momento de su carrera y que acaba de entrar en el 'top ten' tras ganar su primer título hace dos semanas, la ATP Cup, tras ocho finales perdidas antes en el circuito.

Nunca se vio jugar a Davidovich un partido tan completo ante un 'top class', pero no le dio para protagonizar una de las sorpresas en la cuarta jornada del torneo. Los saques directos de Auger-Aliassime (27 'aces' a 6) fueron agua bendita para seguir vivo en el partido, y explican sólo en parte lo sucedido, porque en los intercambios el pupilo de Jorge Aguirre mostró una clara superioridad, inusitadamente consistente, con una entereza y madurez que dejaron muy buenas sensaciones cara al futuro tras una mala segunda mitad de 2021 en pistas rápidas.

En el primer set, que comenzó con un prometedor juego de casi diez minutos al resto de Davidovich, el momento clave fue cuando servía con 4-3 y cometió cuatro errores no forzados, el último una doble falta para entregar su primer y único 'break' en casi cuatro horas de juego. En el segundo set ni siquiera hubo opciones para ambos tenistas, y en la tercera manga el malagueño desperdició un juego clave en el séptimo, con tres 'break points', uno sobre el segundo saque de Auger-Aliassime y en una derecha fácil a la red.

Durante un momento parecía que Davidovich se podía ir del partido, pero una ruptura, la primera en muchas horas de duelo le dio la vida en el cuarto set (3-1), aunque increíblemente llegó el 'contrabreak' y de forma increíble se jugó una cuarta 'muerte súbita'. En todas las del partido fue a remolque el tenista afincado en Fuengirola, una metáfora de lo que fue el partido: remar, remar y remar para morir en la orilla.