Secciones
Servicios
Destacamos
Enric Gardiner
Jueves, 4 de enero 2024, 11:07
Ni el mismo Rafael Nadal hubiera esperado dar una exhibición como la vista ante Jason Kubler en apenas su segundo partido en este retorno a la competición. Después de un test importante ante Dominic Thiem, regenerar el cuerpo y confirmar las sensaciones positivas cosechadas contra ... el austríaco eran las prioridades del balear, que sin embargo salió a dar una lección de otra época.
En un vendaval en Brisbane, Nadal arrolló al tenista australiano (6-1 y 6-2) y jugará los cuartos de final en su primer torneo del año y tras la ausencia de 350 días a sus espaldas. El balear se ha metido entre los ocho últimos de un torneo por primera vez desde Wimbledon 2022, cuando le frenó en semifinales una rotura abdominal, y lo ha hecho por la puerta grande, con un partido de altura y la confirmación de que, si el físico le respeta, su tenis está listo para cualquier tipo de desafío.
Porque si ante Thiem ya empezó a desbocarse la bestia que es Nadal, contra Kubler se desencadenó por completo. Su inicio fue desesperante para el rival, injusto incluso para el público, atronador para el mundo del tenis, que asistía atónito al estreno arrollador del ganador de 22 Grand Slams.
Noticia relacionada
Enric Gardiner
El de Manacor ganó catorce de los quince primeros puntos y el que perdió fue por una doble falta. Cuando Kubler, australiano y número 102 del mundo, consiguió ganar un punto por sus méritos, con una bonita volea de revés, sacó el puño casi de forma irónica y se llevó una ovación del respetable. Nadal estaba en otro mundo. Pese a la paliza que aplicaba sin paliativos a su rival, se enfadaba cuando una pelota se le enganchaba en la red y fruncía el ceño al hacer alguna doble falta que no tocaba.
La velocidad de bola, la variedad de efectos y un servicio a la T que funcionaba a la perfección estaba desarmando a Kubler, que nunca se había enfrentado a un miembro del 'Big Three' y salió escaldado de su bautizo.
En menos de cuarenta minutos, Nadal le había dado la bienvenida a este tenis con un 6-1. Cualquier perspectiva de que su película mejorara a partir de ese momento desapareció con las tres bofetadas que el balear le propinó al comenzar el segundo set. Un juego, una rotura, y Nadal tenía más de medio partido en el bolsillo. Kubler, además, necesitó la atención del médico en dos ocasiones, ambas por un problema en el antebrazo. Algún tipo de calambre, quizás fruto de los nervios, atenazó el brazo derecho del australiano, que en ningún momento se sintió cómodo pese a jugar de local.
Rafael Nadal 🤷🏻♂️ pic.twitter.com/7d90vxtOiQ
— José Morgado (@josemorgado) January 4, 2024
Sus pequeños brillos, con alguna estilizada subida a la red, fueron celebrados por su gente, pero el cariño general lo acaparaba Nadal, que ha superado las expectativas tras el 'hiato' más prolongado de su carrera deportiva. No le alteró ni la advertencia que se llevó por pasar demasiado tiempo en el baño entre sets. Esbozó una sonrisa y siguió a lo suyo.
Dos partidos y dos victorias es un bagaje más que suficiente para pensar que Nadal será competitivo en el Abierto de Australia que comenzará en Melbourne el próximo 14 de enero y, con la única incógnita de la resistencia física a los cinco sets, el balear puede presentarse entre los candidatos a llegar lejos.
De momento, está en cuartos de Brisbane y ha pegado otro gran salto en el ránking. Con el triunfo ante Thiem se colocó el 541 de la clasificación, una mejora de 131 puestos, y tras vencer a Kubler se pone el 451 del mundo. Su siguiente rival será otro australiano, Jordan Thompson, que pasó de ronda sin jugar por retirada del francés Ugo Humbert.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.