La ATP hace justicia con Marbella

Su buena dotación de clubes, el clima y la belleza de la localidad siempre han atraído tenistas. No por casualidad el número uno mundial, Novak Djokovic, adquirió hace meses una mansión en Sierra Blanca y acude con su familia a Marbella en las etapas sin competición para entrenarse. En la última pretemporada también se pudo ver por Marbella a Feliciano López y Garbiñe Muguruza. Alejandro Davidovich se entrenaba allí a diario antes del cierre del Don Carlos...

Más allá de haber albergado de forma reciente dos eliminatorias de Copa Davis, una ante Alemania en la Plaza de Toros de Puerto Banús (mayo de 2009) y otra ante Gran Bretaña en Puente Romano (en febrero de 2018), faltaba algo más. El ATP Challenger organizado por el austriaco Ronnie Leitgeb ha sido la semilla. En tres ediciones –la última más problemática casi sin público y con una polémica de alojamiento con algunos tenistas– ha sido un escaparate de lujo. Los tenistas reconocieron a este periódico que conocían varios torneos ATP 250 con peores infraestructuras que las que ofrece el maravilloso Club de Tenis Puente Romano, con los bungalows del complejo hotelero para la estancia de los jugadores y a unos metros del mar.

Pero Leitgeb no contaba con apoyo institucional para algo más, hasta que la Consejería de Educación y Deportes de la Junta, que quiere hacer un escaparate mundial de la región a través de grandes eventos deportivos, encontró una gran oportunidad en la negativa del ATP 250 de Houston a organizar este año cita por la pandemia y ofrecer su licencia a un coste mínimo.

El ATP 250 AnyTech365 Andalucía Open es realidad fruto de tres patas. La primera es Leitgeb, afincado en Marbella, aunque con domicilios también en Montecarlo o varias localidades austriacas. Quizás no sea demasiado conocido en España, pero fue presidente de la Asociación Austriaca de Tenis, capitán del equipo de Copa Davis de su país y llevó la carrera de Thomas Muster y, sobre todo, Andrea Gaudenzi, hoy el presidente de la ATP. Aten cabos, por tanto. También ha dirigido a Davydenko, Jurgen Melzer o al nadador Marcus Rogan, y tiene gran experiencia como creador y productor de torneos, como el ATP 250 de Lyon u otras citas en Austria.

Menos conocido aún puede ser el principal patrocinador del torneo, la firma informática AnyTech365, con sede principal en Marbella y otras en Torremolinos, Casablanca, Copenhague y San Francisco y más de 400 empleados. La creó el danés Janus R. Nielsen en 2014 y, sorpresa, recientemente fue destacada como la segunda empresa española de mayor crecimiento en Europa por el 'Financial Times'. En 2018 las ventas se dispararon a 18 millones, con un beneficio que rozó el millón. Con una disponibilidad de 24 horas al día los 365 días del año, es un soporte técnico remoto enfocado a la ciberseguridad o a la asistencia técnica. Finalmente, la Junta, que ya ha respaldado pruebas de golf en la Costa, supo ver la buena oportunidad que se le ofrecía con esta licencia libre de tenis.

Ahora bien: ¿se mantendrá el torneo o será flor de un año? Cedida la licencia de un ATP 250 (la menor de las cuatro categorías de torneos en el ATP Tour) por Houston, Marbella tendrá preferencia para seguir en próximos años ante licencias que queden libres, con lo que no sería raro alcanzar esa deseada continuidad. No será sencillo el debut, con la amenaza de la pandemia, que reducirá aforos en Puente Romano y sin que se llegue a plantear siquiera levantar una grada portátil en la central, como sucedió en la Copa Davis. Puede que los ingresos de 'ticketing' no sean altos, pero la repercusión del torneo en imágenes sí será elevada (con más sesenta países que puedan seguirlo).

Cuatro semanas antes de la cita (del 4 al 11 de abril) se conocerá la lista de entradas y se desvelará si tiene intención de acudir algún 'top ten'. Seguramente haya alguno, aunque más difícil es que sea alguien del 'Big Three'. Hay un nombre claro sobre la mesa, el de Djokovic. Su hermano Marko y su 'gurú', Pepe Imaz, están al frente de la escuela del club, y el propio Novak acude allí en sus estancias en Marbella. La cita llega a renglón seguido del Masters 1.000 de Miami, con apenas dos días o tres para viajar y aclimatarse al cambio de superficie. No es un torneo de una categoría que atraiga la atención de la superélite, pero motivos sentimentales podrían permitir su presencia.