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«Era un chaval que jugaba muy bien, pero había muchísimo por hacer física y mentalmente. Me motivó mucho poder construir a un jugador así desde cero». Juan Carlos Ferrero (Valencia, 1980) acepta sin problemas en unas declaraciones del pasado año que no se le ... reconozca hoy en día por haber sido ex número uno del tenis mundial o sus emblemáticas Copa Davis sino por ser el entrenador de Carlos Alcaraz (Murcia, 2003) y artífice de su meteórico ascenso.
El valenciano fue uno de los mejores tenistas de su generación y uno de los cuatro españoles en lograr liderar la cima del tenis de élite junto a Carlos Moyà, Rafael Nadal y su pupilo, que actualmente ocupa el puesto número dos y que podría volver a comandar la ATP en Roland Garros. El ex de la 'Armada española' es uno de los principales motivos que explican los hitos de Carlos Alcaraz. Para tener éxito es condición fundamental tener un entorno que sepa gestionar todo tipo de situaciones, y en cada torneo se observa cómo el murciano acude a los ojos del de Onteniente para que le sirva de guía sobre dónde hacer daño a sus rivales, claves en las que mejorar en el juego o los golpes al resto o en el saque cuando algún jugador le pone contra las cuerdas como Jan-Lennard Struff en la final del Mutua Madrid Open. «Entrenamos para estos puntos, entrenamos para esto», se escuchó decir a Ferrero después de que Alcaraz venciera un punto clave para romper el saque del alemán.
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Antonio Garrido
Lo primero que hizo para celebrar el haber revalidado el título en la Caja Mágica fue ir directo a la grada en la que se encontraban sus escuderos y en los que tiene plena confianza para afrontar momentos de diversa índole. El 'jefe de todos' ellos es Juan Carlos Ferrero, al que el murciano agradece en cada ocasión y torneo su trabajo: «Sin él no habría sido posible llegar aquí, solo puedo darle las gracias», reconoce el tenista que acumula 21 triunfos seguidos en los grandes torneos españoles y que en Madrid sumó el décimo título de su carrera, cuarto en 2023 y cuarto Masters 1000 en el global.
«Lleva en su ADN correr y luchar por todas las bolas, es complicado frenarle. Verlo entrenar todos los días hace que supiéramos cuál era su potencial, pero lo que le ha hecho crecer a esta velocidad ha sido pensar siempre en grande», apuntó Ferrero antes del Conde de Godó disputado en abril. El valenciano, una vez retirado, tuvo ofertas para entrenar a los mejores tenistas del circuito, y se decantó por dedicarse a un adolescente al que veía cosas muy especiales.
«Lo vi por primera vez con 12 o 13 años. Vino a la academia y entrenamos un día, era muy pequeño pero todo el mundo hablaba de él. Oficialmente fui a verle competir cuando consigue su primer punto ATP, con 14 años. Vi ese partido, en el que jugó muy bien un set y en el segundo pegó una liada de las gordas. Pero desprendía esas diferencias que puedes ver en un jugador. Con esa edad era un poco desordenado porque hacía muchas dejadas, ya con la derecha marcaba diferencias pero era un espagueti a nivel físico. No habíamos ni hablado para poder trabajar con él, pero ya me gustó», afirmó el ex tenista en el mes de septiembre, cuando su pupilo se adjudicó el US Open y se convirtió en el número 1 de la ATP más joven de la historia. El propio Ferrero había sido el último jugador en asaltar el número uno en el US Open y lo hizo además en 2003, el año en que nació Alcaraz (19 años y cuatro meses).
Entrenó durante ocho meses a Alexander Zverez cuando el alemán ocupaba los cinco primeros puestos del mundo, y lo dejó por la falta de disciplina de éste, al que criticó tener muchas distracciones fuera de las pistas de tenis. Al terminar esta relación empezó a formar con solo 15 a Alcaraz, quien tenía el campeonato de Europa sub 16 como mejor aval en su palmarés. «Para mí era una apuesta personal y de crecimiento profesional también como entrenador de trabajar con un chaval desde pequeño y prepararle bien, que mejore. Me lo propuse, se lo dije a mi familia y estaban de acuerdo y la cercanía también ayudó».
«Al principio hubo muchos entrenadores y mucha gente que cuando cogí a Carlos me decían: '¿Dónde vas? Si tú has sido número uno del mundo. ¿Cómo te vas a meter con un crío a viajar en coche de aquí para allá?», dijo el ex tenista el pasado mayo en El Larguero.
«Pudo entrenar a otros grandes jugadores, pero me eligió a mí», reconoció Alcaraz tras llegar a la cima del tenis mundial, consciente del sacrificio que hizo el valenciano, con quien ha forjado una buena amistad que traspasa lo profesional para ser la llave que le ha llevado de promesa a realidad.
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