La final de la Billie Jean King Cup no tuvo más que un color, el azul. Italia fue mucha Italia para uno de los equipos que partían sin aspiraciones entre el elenco de doce en Málaga, y que ya tuvo más que suficiente con deshacerse ... de forma sucesiva de Estados Unidos (la gran sorpresa del torneo), Australia y Gran Bretaña. Liderada por Jasmine Paolini, la mayor explosión del curso en el WTA Tour, junto a la rusa Shnaider, sólo Iga Swiatek le ha podido toser esta semana, pero siempre quedaba el recurso al dobles, junto a Sara Errani, la pareja campeona olímpica, para desempatar.
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Definitivamente el tenis italiano está de moda. No sería nada extraño el doblete en Málaga, porque la Copa Davis también está entre los planes de Jannik Sinner, proteger la Ensaladera conquistada en 2023. Ya está en ello. En ese año, las chicas ya fueron subcampeonas en La Cartuja, en Sevilla, soprprendidas por Canadá, pero se han tomado la revancha con el primer título en el torneo desde 2013, el cuarto de la historia (tras los de 2006, 2009 y 2010). La capitana, Tatiana Garbin, llegó en 2017, y por fin ha llegado el éxito.
No es causalidad todo. El trabajo federativo en este país está siendo muy bueno, con la organización de muchos torneos en su territorio y con la aparición de un buen ramillete de jugadores y jugadoras. En este último capítulo sobresale el nombre de Paolini, rápida, explosiva, potente en sus golpes, pese a su físico diminuto (apenas 1,63 metros).
Italia se deshizo de Japón, en cuartos, y de Polonia, en semifinales. En ambos casos con un 2-1, recurriendo al dobles. Fue en la penúltima ronda cuando más sufrió, muy cercanas las rivales a forzar el 'super tie break', con un 5-1 en la segunda manga a favor de Kawa y Swiatek, que luego fue un 5-7 de Paolini y Errani, de 37 años.
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La final de este miércoles apenas tuvo historia. La mejor opción para sumar un punto estaba en el primer partido, pero tampoco. Lucia Bronzetti (78ª) se deshizo de Viktoria Hruncakova (258ª) por 6-2 y 6-4 en una hora y 23 minutos. Sólo el segundo set le pesó más a la italiana, tras el 4-2 en contra, pero cerró el encuentro con cuatro victorias seguidas.
En el partido estelar las esperanzas eslovacas se desvanecieron pronto ante una Rebecca Sramkova (43ª) mermada, sin su fuerza habitual para conectar la derecha, con un brazo con protector y tiras de kinesia en el hombro. Al final, un 6-2 y 6-1 en poco más de una hora. Pese a todo, se vio por momentos nerviosa a Paolini, pero el desequilibrio en el partido fue evidente. Sin embargo, para la afición eslovaca presente en la grada, el papel de sus tenistas merecía ya un sobresaliente.
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Las jugadoras mantearon a Paolini, con raíces polacas y ghanesas, y la mítica extenista estadounidense Billie Jean King (una pionera en la lucha por la igualdad), que a sus 80 años no se ha perdido un partido desde su llegada, entregó el trofeo a las jugadoras en presencia del presidente de la ITF, el inglés David Haggerty. Antes, todas las italianas soltaron alaridos antes de la entrevista a pie de pista, para expresar su orgullo.
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