Secciones
Servicios
Destacamos
Con una vena artística indudable, polifacético, atrevido, desenfadado, el extenista Emilio Álvarez, nacido accidentalmente en Figueras y criado entre Málaga y Rincón de la Victoria, nunca dejó indiferente a nadie en la cancha ni fuera de ella tras retirarse. A sus 47 ... años, ha hecho de todo: póker, golf, billar, pádel, barranquismo, snowboard, esquí, paracaidismo, 'parkour', componer música, escribir poesía... y domina varios idiomas (italiano, portugués, francés, inglés y alemán). Analiza el tenis actual y la proyección de Davidovich, quien le privará en breve de la condición de mejor tenista malagueño de todos los tiempos.
-¿Qué es de usted ahora? Le hemos perdido la pista...
-Entreno en varios clubes de Múnich, después de haberlo intentado en Málaga, en Marbella. Tengo poca cosa de competición. Me he alejado de ello y dirijo a adultos que juegan bien. Gente que ha jugado en un 'college' o alguno que hasta lo intentó profesionalmente. Aparte de eso, escribo cositas, compongo música, toco la guitarra, he tenido bandas... Puedo decir que estoy escribiendo un libro de tenis para amateurs. Como el célebre de Brad Gilbert ('¡Ganar! El combate mental en el tenis'), pero no me baso en él. El mío es más sencillo de entender, con ejemplos de los que les pasa a los tenistas no profesionales, de los que hay miles.
-Usted se retiró a comienzos de siglo, pero recién superada la treintena, antes de lo que se estila ahora. ¿De qué se arrepiente en su carrera?
-En 2003 tuve una lesión fea, y me di cuenta de que jugar sólo dobles no me valía. Cometí errores a mogollón. Soy una persona muy emocional, muy del sur. En 1997, que fue mi mejor año (llegó a ser 81º del 'ranking' ATP en mayo) tuve problemas de amores, con mi novia de siempre. Se me fue la olla, y le dije a mi entrenador, Víctor López, que me tenía que ir para Málaga, que no odia estar en Barcelona. Ese fue un error muy grande. Tenía que haber acabado el año en Barcelona. En el momento era lo que sentía.
-La distancia permite ver las cosas con otra perspectiva...
-Ahora es cuando realmente he pasado a aprender cosas sin parar. Cuando uno es profesional lo único que sabemos hacer es darle bien a la bola. No tenía ni idea de qué iba la vida. En un 'top 200' influye mucho quién tienes al lado para conseguir el binomio perfecto. Los que se quedan arriba tienen un pedazo de equipo y, sobre todo, un gran entrenador. Antes no viajábamos cinco personas como ahora.
-En ese sentido, usted cambió mucho de técnico...
-He tenido entrenadores buenos. Pensaba que lo sabía todo, y no sabía nada. No cogía muchos consejos exteriores. Pensaba que yo era un monstruo... '¡dejarme en paz!', decía. Pero quizás si hubiera sido más humilde a lo mejor no hubiera ganado con mi fantasía ni vencido los partidos en que lo hice. Mi carrera fue buena, pero la pasta que se gana ahora no es la de entonces.
-Usted es el mejor tenista malagueño de todos los tiempos, al menos de le 'era open', la profesional. Todo hace pensar que le queda poco ante la aparición de Alejandro Davidovich, que ya ha acariciado su mejor 'ranking' y superado en alguna estadística.
-Le conozco a él y a su entrenador muy bien. A veces me han presentado como el mejor andaluz de toda la historia, y no me gusta, porque soy más boquerón que la hostia. No me enorgullece. Pero deseaba que tuviera que salir alguien. Tiene un talento brutal y una relación muy buena con su entrenador y seguro que va a tirar para arriba. Lo que me fastidia es que en Málaga no haya mas tenis, que no haya otro gran jugador. Realmente lo que falta en la Costa es que hubiera allí cuatro jugadores más y que uno empujase al otro. Recuerdo que en Barcelona salian como churros los tenistas, porque se entrenaba mucho con gente de buen 'ranking'.
-¿Cómo describiría el juego de Davidovich?
-Es un jugador muy emocional y creativo, y eso es lo que pilla por sorpresa a sus rivales. Hace dejadas cuando no se espera o pega un golpe fuerte de repente. Es típico de los jugadores en su primer año. Es como que va de cara. Luego es cuando empieza todo, y espero que no le afecte, el hecho de que ahora tenga que defender los puntos. Es un cambio mental que no es fácil de hacer. Ojalá consiga consolidarse y establecerse. En el tercer año es donde un jugador con talento ha de ponerse donde le toca. Estar entre lo cincuenta mejores sería ya otra cosa.
-¿Qué le pasó en Marbella? ¿Por qué no logró su sueño de crear un club allí?
-Llegué ilusionado, con varios jugadores buenos. Con una chica de 14 años con un gran talento por ejemplo, la mejor de su edad quizás en ese momento. Vi un gran potencial para que Marbella sea el centro europeo del tenis, porque su clima es de otro nivel, pero veo mucha envidia, no un ambiente sano. Y eso me echó para atrás. Quería empezar en Marbella y en Málaga. Hay muchas pistas y creo que se tendría que poner a nivel de turismo de tenis como pasa con el golf. En todo caso, lo volveré a intentar. Quiero montarme mi propio club.
-Un excompañero suyo de dobles, Pepe Imaz, trabaja ahora en Puente Romano y ejerce una gran influencia sobre el número uno mundial, Novak Djokovic, que ha decidido confinarse en la Costa del Sol.
-Pepe tiene una filosofía que no es sólo del tenis, es de la vida en general y la aplica al mundo del tenis. Con Djokovic ha quedado probado que su ayuda le ha servido de mucho, no sólo en el tenis. Estoy seguro de que hubiera sufrido bastante más sin él. Le quita parte de esa angustia asociada al tenis de competición, en el que se sufre mucho. Hay mucha lágrima. Pero está claro que Djokovic conoce Marbella por Pepe. El club tiene unas instalaciones excelentes, las mejores de Málaga y en la localidad hay terrenos con concesión deportiva para hacer más clubes.
su carrera, desde la distancia
-¿Se jugará en el circuito profesional este año?
-Con público sería una locura. Sin publico no sé si es factible. Aquí en Alemania se han decidido jugar sin él al fútbol... El US Open tiene 230.000 espectadores hacinados. El Open de Australia se lo está pensando para 2021... Aparte de vuelos, logística, infraestructuras, si juegas sin publico... Y luego hay 250 recogepelotas que pueden ser inmunes, pero los metes en un lugar y después se van para su casa y vete a saber qué puede pasar. Todo esto lo hemos vivido nunca. Estamos ante algo nuevo...
-Usted conoce al nuevo presidente de la ATP, el italiano Andrea Gaudenzi...
-Sí, le ha caído un marrón nada más empezar. Tiene un año menos que yo. Éramos íntimos. Luego perdimos algo el contacto.
-¿Qué piensa del movimiento de apoyo entre jugadores ante la falta de ingresos en las cloacas de la ATP, desde el 200º para abajo?
-Esto es un tema delicado. Ya venía de antes del virus. La gente ni se paraba a pensar. El 200º gana dinero, factura, pero se lo tiene que gastar todo para seguir jugando. Jugar al tenis es carísimo. Te puede costar 10.000, 12.000 o 15.000 al mes. Pero los Grand Slam han decidido dar algo a los jugadores. Estando entre los 100 mejores ya tienes una pasta a asegurada al año al entrar en los cuadros. Pero es cierto que el 110º del tenis ganas menos que un futbolista de Segunda División de una gran Liga. Todo el mundo empieza desde abajo. Hay que invertir pasta y perder dinero e intentarlo, ver si hay suerte, repetir los torneos en la misma ciudad... Los espónsores tienen que ver el dinero regresar.
un deporte peculiar
-¿Cree que Djokovic, Nadal y Federer son de otro mundo o no encuentran competencia en las nuevas generaciones?
-En mi opinión estos tres y Murray han sido las excepciones a la regla. Antes era Sampras con diferencia el mejor. Pero ahora estos tres son, con kilómetros de diferencia, los mejores de la historia. Han dejado a todo el mundo atrás. No se puede creer que haya otra generación igual. En mi época Sampras y Agassi eran el uno y el dos, pero perdían muchos partidos. Sampras podía caer en primera ronda en Roland Garros. Estos tres ahora casi sólo pierden con ellos. Están jugando un tenis que no ha existido antes. Es de 'play-station'. Se han ido mejorando por la competencia. Por eso siguen ganando.
-Y no sólo ellos, ¿por qué cree que hay tantos tenistas treintañeros largos ahora tan arriba?
-Han habido tres cosas. Desde hace diez o doce años uno se cuida más el cuerpo, la alimentación, se viaja con el fisioterapeuta. Eso les permite aguantar bien el tenis. Luego, la experiencia, porque yo cuando dejé de jugar me di cuenta de muchas cosas y, tercero, entrar en el 'top 50' es dificil, porque no accedes a los Masters 1000 y no te repartes esos puntos. Estando en el 'top 50' haces tu calendario.
la progresión de davidovich
-¿A quién ve como número uno mundial algo asentado tras esos tres grandes?
-Dentro de cinco años para mí no hay material de número uno por mucho tiempo en ninguno de los próximos. No les veo con la suficiente personalidad. Quizás Tsitsipas o Medvedev. A Zverev le veo con la cabeza más inquieta. Puede que Sinner, como siga mejorando, Auger-Alliasime o Shapovalov. Thiem también creo que podrá ser número uno, pero no manteniéndose. En España Alcaraz juega muy bien. Habrá que ver su progresión. Yo sólo digo que tiene el potencial, los golpes las ideas... Podría ser 'top 5', pero no se puede hablar aún.
-¿Ha cambiado mucho el tenis de ahora y el de hace 20 o 30 años, cuando usted jugaba?
-Hay gente que habla del material. No nos interesa que la raqueta sea más ligera. Es el método de entrenamiento, mucho más científico. Se empieza a entrenar de forma muy programada. Hay muy buena técnica. La bola vuela mucho, no se puede llegar a ella. Va todo encauzado al golpe ganador. Antes corríamos cinco veces detrás de la bola. Incluso Agassi, que era el que más fuerte le pegaba. Ahora hay menos táctica, se suelta el zambombazo. Se ha mejorado increíblemente la reacción en el resto, fruto de un gran sistema de coordinación ojo-mano. Muchos sacan a más de 200 km/h y se les resta. Es un cambio en la manera de pensar.
el futuro de la Atp
-Y los españoles han dejado de ser tan terrícolas...
-Buen, eso ya cambió antes. En los noventa ni íbamos a Australia. Era muy pronto, no pasar la Navidad en casa... Desde mitad de los noventa nos dábamos cuenta de que sin coger puntos en otras superficies nos pasaban. Hay muchos torneos que no son en tierra. Empezamos a entrenarnos en pista rápida, a ir a Wimbledon, y nuestro tenis evolucionó, siendo más agresivo, no con bola tan alta, y también cambió nuestra mentalidad.
-¿Qué tal se vive en Múnich?
-En 1999 ya me vine a jugar aquí y ese año nació mi hijo (Álvaro) ya. Me daba igual dónde vivir, pues estaba cuarenta semanas fuera. He aprendido a apreciar esta cultura. Es muy distinto de casa. Allí voy cuando puedo. He cancelado dos veces el viaje a Málaga por esta historia... Ahora rezo por venir en el verano.
-¿Cómo llevan la pandemia allí?
-Aquí no ha habido confinamiento nunca. Siempre tuvimos la libertad de salir a pasear, a correr, pasear en bici... Hemos estado en familia, pero no tiene nada que ver con España e Italia.
-¿Qué reflexión le produce lo sucedido en el mundo?
-En mi opinión creo que esto es una pequeña lección que nos quiere dar la naturaleza. Nos estamos pasando con muchas cosas. Un ejemplo muy claro es cuando se reúnen el G-8 y la Cumbre del Medio Ambiente y se tiran tres días para reducir el 5% de la contaminación de los en los próximos 40 años...Y pasa esto y del día a la noche a se reducen un 90%. No vuelan aviones, hay menos coches, y estamos vivos aún. Me hace pensar que lo otro es un teatro que se monta por intereses económicos. Ya digo. Esto es un aviso de la naturaleza, a ver si nos bajamos del burro. La próxima que os mande os voy a tirar con fuerza a la mitad de la gente... Y pienso en si aprenderemos de esto y nos iremos de fiesta a celebrar y a montarla otra vez.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.