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La mansión de Djokovic en Marbella, en obras. Josele
Novak Djokovic prepara su refugio contra la tormenta en Marbella

Novak Djokovic prepara su refugio contra la tormenta en Marbella

La primera raqueta mundial inicia las obras de su mansión en la Costa del Sol, donde prevé cobijarse del escándalo que acabó con su expulsión de Australia por no vacunarse

Sábado, 29 de enero 2022, 00:38

Nunca Novak Djokovic había estado tan contra las cuerdas como ahora, al menos fuera de las pistas. La primera raqueta mundial, deportado de Australia por su decisión de no vacunarse, una medida que le impidió jugar en el primero de los cuatro principales torneos del año, conocidos como Grand Slam, sigue en el ojo del huracán por sus coqueteos con la pseudociencia. En plena tormenta, bajo el riesgo de provocar una huida de patrocinios millonarios y cuestionado por colegas como Rafa Nadal, contra quien pelea en la carrera por convertirse, con permiso de Roger Federer, en el tenista con más trofeos de Grand Slam de la historia, el serbio prepara un refugio a su medida en Marbella.

Djokovic compró hace meses una villa de lujo en la urbanización Sierra Blanca. Se trata de la misma mansión que alquiló para pasar el confinamiento decretado por el estallido de la pandemia, hace casi dos años. Ahora, tras formalizar la adquisición, el número uno de la clasificación mundial de tenis acondiciona una parcela que cuenta con más de cuatro mil metros cuadrados: será su búnker contra las críticas. Las obras han comenzado por la vivienda, que tiene nueve dormitorios y ocho baños, pero el deportista y su familia también prevén cambiar los alrededores, coronados por amplias zonas verdes y una pista de tenis. Los Djokovic han proyectado una decoración menos barroca y una disposición más natural de las estancias y los muebles, en sintonía con una peculiar filosofía de vida que en los últimos años ha incorporado componentes religiosos, místicos y sanitarios, combinados con prácticas e ideas que la evidencia científica no avala, como que las moléculas de agua reaccionan a las emociones.

Fuentes consultadas por este periódico confirman que el equipo del tenista serbio ha solicitado la mayor celeridad posible para que los trabajos concluyan cuanto antes. Los planes de Djokovic consisten en pasar más tiempo en Marbella, donde realiza la pretemporada. Su nueva vivienda está a unos pasos del Hotel Puente Romano, donde suele entrenar. Las obras en marcha han impedido que se cobije del escándalo desatado en Australia, donde fue detenido en varias ocasiones. El tenista, que se encuentra en su Belgrado natal, ya ha anunciado que no hará declaraciones hasta que termine el Open de Australia, cuya final se disputa este domingo, por respeto a la competición. Su rechazo a administrarse la vacuna, obligatoria para acceder a la mayoría de países, compromete también su participación en Roland Garros, Wimbledon y el US Open.

Las declaraciones de uno de sus entrenadores, Marian Vajda, achaca la situación a razones políticas, además de reconocer que su pupilo está «mentalmente tocado», dibuja la estrategia trazada por el entorno del serbio, que no reaparecerá en el circuito de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP por sus siglas en inglés) al menos hasta el 21 de febrero. Entonces comenzará el torneo de Dubái, donde está inscrito. Se da la circunstancia de que los Emiratos Árabes Unidos no solicitan la pauta vacunal, aunque los participantes en el campeonato deberán presentar una serie de pruebas que certifiquen que no están contagiados, en concreto una PCR con resultado negativo 72 horas antes, otra seis horas antes y una última ya en la frontera, tras el aterrizaje.

La última estancia de Djokovic en Marbella, donde pasó la Nochevieja, está vinculada a la cadena de despropósitos que finalizaron con su expulsión de Australia. El número uno declaró, en los trámites necesarios para obtener el visado, que no había viajado a ningún otro país en los catorce días anteriores a su llegada a Melbourne. Pero había informaciones y fotografías, muchas publicadas, que atestiguaban que aterrizó en el aeropuerto de Málaga a finales de diciembre y permaneció en Marbella varios días. La exención médica aportada por su equipo reveló además que el tenista había dado positivo por coronavirus el 16 de diciembre, un día antes de asistir sin mascarilla a un evento.

Djokovic aún no figura como residente en España, movimiento que desataría las críticas en Serbia pero que el ganador de veinte torneos del Grand Slam no descarta. Seguiría los pasos de su hermano Marko, que vive y trabaja en Marbella. Su influencia resultó decisiva para que Novak y su familia pusieran la vista en la Costa del Sol, aunque no fue la única. También Bozidar Maljkovic, histórico entrenador de baloncesto serbio que compró una casa en Marbella durante su etapa al frente del Unicaja, club que pilotó entre 1999 y 2003, le recomendó la zona. Por las pistas de Puente Romano, donde trabaja su gurú Pepe Imaz, a quien muchos consideran escultor del renovado carácter de Djokovic, más calmado que en sus inicios, entrena a menudo con Alejandro Davidovich y Carlos Gómez-Herrera.

La formalización de la compra de la mansión ubicada en Sierra Blanca, tras meses de alquiler, y la rehabilitación iniciada hace unos días confirman que Djokovic planea pasar más tiempo en la Costa del Sol, un destino que también eligieron otros números uno del tenis mundial como Björn Borg y Manuel Santana.

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