Djokovic aplasta a Alcaraz

De ganar al italiano Jannik Sinner este domingo, Djokovic tendrá siete coronas en el torneo de final de temporada, más que nadie en la historia, y cerrará de esa manera un año en el que atrapó tres Grand Slams (Australia, Roland Garros y US Open), llegó a la final de Wimbledon, alcanzó los 40 Masters 1.000 con Cincinnati y París-Bercy y superó la barrera de las 400 semanas en lo más alto.

En una temporada en la que parecía que la era Alcaraz llegaba para desplazar a la tiranía de Djokovic, el serbio volvió a darle una bofetada a los que querían enterrarle, como en la final de Cincinnati, pero esta vez con un correctivo aún mayor.

Es cierto que las credenciales de Alcaraz en 'indoor' no eran las mejores para disputarle el reinado a Djokovic en Turín, pero el murciano había sumado sensaciones muy positivas ante el dúo ruso Rublev-Medvedev y esto se tradujo en un inicio dominador.

La agresividad de Alcaraz apabulló a Djokovic, que tiró de muñeca para amortiguar los golpes del español y que esa ventaja inicial se tradujera en igualdad. Alcaraz debió adelantarse en el marcador, su tenis lo merecía, así como las dos bolas de 'break' de las que dispuso, pero Djokovic es supervivencia pura. Salvó una bola de rotura con un segundo servicio a 205 kilómetros por hora. Inexplicable.

Y con sostenerse y esperar al acecho, le bastó. Alcaraz se derrumbó en un juego al saque horrible y le costó el 'break' y el set. En poco más de media hora, Djokovic había tornado un aparente duelo sideral en un paseo hacia su triunfo.

Esto había hecho una muesca difícil de borrar en la mente de Alcaraz, que comenzó el segundo set desquiciado, consciente de que un simple despiste le había puesto un set abajo ante un tenista que ha ganado 20 de los 21 últimos partidos y al que no remonta un set en contra en pista dura en los últimos 33 partidos.

Solo el saque -Alcaraz conectó diez 'aces'- le mantuvo a flote, hasta que Djokovic pegó el segundo mordisco en el inicio del segundo set. Otro 'break' y a Alcaraz, entre la desesperación y la risa provocada por la incredulidad de lo que estaba sufriendo, se le nubló el partido.

Con 2-3 en contra y saque del serbio, tuvo un último tren para reengancharse, pero Djokovic, con un saque descomunal y un 'passing' dimensional, cerró la última puerta de escape. Al juego siguiente, con su tercera rotura, Djokovic selló su triunfo más aplastante sobre el murciano y entierra el debate sobre el cambio generacional, al menos con el español, hasta el año que viene.

Porque ahora Djokovic tendrá que lidiar con Jannik Sinner, que doblegó en tres sets a Daniil Medvedev y disputará su primera final de la Copa de Maestros. Contará con la ventaja de tener a todo el público de Turín a su favor y con la experiencia de haber derrotado ya a Djokovic hace escasos días en este mismo escenario. Eso sí, con unas circunstancias muy distintas. Esta vez habrá un título en juego y ahí Djokovic es letal.

Los otros tres precedentes entre Djokovic y Sinner se los llevó el número uno del mundo, que de ganar el título, además de superar a Federer, ampliará la diferencia con Alcaraz en la clasificación a 2.395 puntos.