Davidovich sufre una derrota inesperada ante Gaio

Presa de los nervios, de la frustración y de una sobreexcitación que le impidió mostrar su mejor tenis, Alejandro Davidovich (56º del 'ranking' ATP) cedió contra pronóstico ante Federico Gaio (140º) en los octavos de final del Challenger 2 de Biella, en pista rápida 'indoor'. El primer favorito del cuadro entregó la cuchara en dos sets (6-7 (2) y 4-6) en algo menos de dos horas de partido.

Hasta ahora Gaio había ganado en superficie rápida al malagueño (lo hizo en Andria a finales de 2019) y perdido en tierra (en Alicante y Marbella), pero la progresión de Davidovich le hacía claro favorito. El choque, igualado ante el buen saque del italiano, discurría por los cauces previstos hasta el décimo juego del primer set. El pupilo de Jorge Aguirre rompió el saque en el noveno y sacaba para adjudicarse la manga, pero nunca tuvo 'set ball' y cedió su servicio. Tampoco aprovechó una opción de 'contrabreak' justo después y se vino abajo en la 'muerte súbita' (2-7).

Comenzó su lucha contra sus demonios claramente desesperado en la pista, con gritos y arrojando la raqueta al suelo varias veces. El segundo set comenzó mal, con Gaio crecido y tomando ventaja con un 'break' en el tercer juego. Davidovich cedió tres opciones en el anterior y otras tres en el juego más largo del choque, el quinto. Eso acabó de desesperar al malagueño, sin la calma necesaria para mostrar su mejor tenis. Así las cosas, se puso con dos 'breaks' abajo (6-7 y 2-5) y medio partido perdido. La mejoría posterior del rinconero llegó tarde. Su derrota no estaba en los planes, pero la próxima semana tendrá de nuevo una oportunidad de reivindicarse en el ATP 250 de Montpellier, en su estreno esta campaña en el ATP Tour.

Por otro lado, otro malagueño, el marbellí Adrián Menéndez (274º) pasó a cuartos de final en el Challenger de Potchefstroom 2 (Sudáfrica), también en pista dura, al superar al local Khololwalm Montsi (1.732º) por un claro 6-3 y 6-0. Ahora se medirá al británico Liam Broady (191º), cuarto favorito, que precisamente fue su verdugo la semana anterior, en dos sets en el Challenger 1 de la misma localidad.