Davidovich sucumbe ante un Cobolli un peldaño superior

Este lunes, en la primera ronda del ATP 500 de Viena, Flavio Cobolli (31º), al que superó en la previa de Roma hace años y contra el que perdió de forma dura este verano en Washington (malogrando cinco 'match balls', cuatro de ellos seguidos, en el 'tie 'break de la tercera manga), demostró que le ha adelantado por la derecha y con margen. El 7-6 (1) y 6-3, en una hora y 36 minutos lo ratifica, en su primer año asentado en el circuito.

A día de hoy Cobolli es mucho más tenista que Davidovich. Exhibe consistencia (no pierde una primera ronda desde antes del verano, en Eastbourne) frente a un rival que no gana más de dos partidos seguidos y cuyo techo este 2024 son tres cuartos de final (Marsella, Dubái y Atlanta). Lo demostró en los momentos calientes de la primera manga. Hubo once puntos de tensión y ganó diez, y en todos ellos puso una marcha más.

Tres fueron en los únicos puntos de quiebre al resto antes de la 'muerte súbita', de los que gozó Davidovich en el sexto juego. Quizás en dos de ellos poco pudo hacer el malagueño, dirigido en la pista por el hermano de su novia (Gian Marco Amatiste), pero sí en otro, en una derecha en escorzo, girando el cuerpo hacia atrás, que se le fue por milímetros.

Davidovich no concedió opciones de ruptura a Cobolli, que cerró el set con un increíble 91% de segundos saques ganados, quizás porque el rinconero tampoco fue capaz de apretarle al resto, y en el 'tie break' se apreció una diferencia descomunal hasta el 7-1 final, con derechas increíbles del italiano, que sabe sumar muy bien aceleraciones.

La segunda manga tuvo poca historia. Sirviendo en primer lugar Cobolli, su oponente sintió en todo momento mucha presión y aumentaron sus errores. Al cuarto juego salvó el primer 'break point' que afrontó en el partido, pero en el sexto, el más largo y en el que apenas metió un primer saque, llegó el 'break' que decantó definitivamente el partido.

Tenso y sin fe en sus posibilidades, mandó dos derechas fuera por mucho margen y se condenó a una remontada casi imposible, por más que Cobolli se empeñase en cerrar por la vía rápida y estuviese cerca de sufrir problemas.