La cinta de la red acaba con Alejandro Davidovich

A los puntos fue superior el croata (123 a 116), todo mentalidad una vez más y mucho talento. De nuevo Davidovich tuvo varias ventajas clave para ganar y las desaprovechó, en un partido en el que nunca se vio a remolque en el marcador, pero que acabó perdiendo. El porcentaje de puntos de 'break' aprovechados fue la lectura más clara de hacia quién se iba a decantar un triunfo muy disputado. El pupilo de Mate Delic, verdugo de España en Málaga en la Copa Davis, se llevó el 45% de los jugados, por el 21% de los ganados por el rinconero, que dejó ir una gran oportunidad de llegar muy lejos en este Masters 1.000 de Madrid, pues le esperaba el alemán Altmaier (88º) en cuartos.

Coric llegó a Madrid sin mucha confianza, después de haber perdido sus cinco partidos anteriores, pero su sino ha cambiado. Precisamente regresó a las pistas en 2022 tras un año en blanco por un hombro operado ante Davidovich (derrota en tres sets en primera ronda de Indian Wells), y este martes se tomó la 'vendetta'.

El choque tuvo un arranque desconcertante. Cuatro 'breaks' en los seis primeros juegos. Ninguno de los dos tenistas encontraba sensaciones, pero se fueron entonando y se llegó a un 'tie break' agónico, en el que decidió una doble falta de Coric (7-5). Una hora y 27 minutos de increíble pelea, resueltos con un 50-49 a los puntos para Davidovich. Su rival, al que no le funcionó hasta entonces su recurso a las bolas altas y con peso y jugar más metido en la pista, fue atendido de una sobrecarga en el cuádriceps izquierdo tras el undécimo juego, pero no pareció acusarla para nada en el duelo, más entero e impertérrito.

Era Davidovich el que lo transparentaba todo en cuanto a emociones. Después de lograr lo más dificil, ponerse en ventaja en el partido, entró en un túnel. Una vez más, después de ir un set arriba entró bajo de pulsaciones en el segundo. Desde el primer punto fue otro. No tuvo opciones de ruptura y se le escapó en casi la mitad de tiempo del primero, con un final que coincidió con una pérdida de la imagen internacional en todas las pistas.

Fue el momento más duro de Davidovich, al que empezaba a vérsele cansado y que, para colmo, empezó la tercera manga, tras un 'toilet break', sin sumar un punto en el primer turno al resto. Pero el malagueño suele ser una montaña rusa en su rendimiento. Se volvió a crecer y tuvo dos primeros puntos de quiebre hasta alcanzar en el tercer juego hasta lograr la ruptura en el séptimo (4-3).

Parecía definitivo, pero no lo fue. Coric jugó de largo su mejor juego en el partido. Jugó con una marcha más hasta romper de nuevo (en el único momento del tercer set en el que Fokina concedió 'break points') para el 4-4, y el duelo, con el presidente de la RFEF, Miguel Díaz, y el capitán de Copa Davis, David Ferrer, fue un pulso agónico. Pesó la presión de no haber empezado sirviendo el set, pero Davidovich logró llegar a la 'muerte súbita'. Llevaba tres seguidas ganadas en Marid, dos de ellas a Rune. Disfrutó de 3-0 de salida, pero la cinta de la red, en un momento decisivo del partido en el que suele comportarse, fue cruel. El destino.