'Deja vu' de Alejandro Davidovich ante Auger-Aliassime

De nuevo un 'tie break' (en Melbourne hubo cuatro, tres de ellos para el tenista de ascendencia togolesa) fue determinante. En una versión inusitadamente sólida Davidovich había jugado más de dos horas de partido sin sufrir ningún 'break' y concediendo sólo una oportunidad para ello, pero ni con eso le dio. ¿Por qué? Por dilapidar siete puntos de quiebre hasta entonces y por mostrar una versión irreconocible en la 'muerte 'subita' de la segunda manga, con seis puntos cedidos consecutivos, tras el 2-1.

Incluso entonces, con un set a uno, dominaba en el global de puntos por 81-78, recordando a lo sucedido en Australia, con un 168-162 al final del choque para el malagueño y un 1-3 en sets en contra. Otro detalle fue decisivo en la suerte del partido: Davidovich había estado en pista en la víspera cerca de tres horas para derrotar a Ivashka, y se le fijó otro duelo 24 horas después ante un rival que llegaba al partido con un 'bye', y bien que pesó en la tercera y decisiva manga, con el público en su contra en la mitica Pietrangeli por varias protestas al juez de silla.

Davidovich mostró una excelente puesta en escena inicial. Aunque dejó escapar de salida un 0-40 para romper, acortó mucho sus puntos al saque, salvó su único 'break point' y supo aprovechar una más de sus oportunidades con 4-4 para definir el rumbo del primer set, en el que sólo cometió seis errores no forzados. Entonces Auger-Aliassime fue atendido por problemas lumbares, lo que paró el juego cerca de diez minutos.

El canadiense, asesorado por Toni Nadal, está en su mejor temporada en el circuito. Tras ceder en muchas finales hasta 2022, ganó la ATP Cup y el ATP 500 de Rotterdam, pero hasta este año se le atragantaba la tierra (cinco victorias nada más entre 2020 y 2021) y ahora ha alcanzado cierta regularidad, con cuartos de final en Barcelona, Estoril y Madrid, y octavos ya en Roma.

Ante Davidovich, al que tiene tomada la medida, Auger-Aliassime no podía cortar su buena progresión. Trató de presionar en cada turno al resto, pero caminó al filo del alambre con 4-4 y dos puntos de 'break' jugados con segundo servicio y dilapidados por el tenista rinconero. Ahí pudo estar el partido. Primero, en un 'winner' largo, que quizás estuvo fuera de contexto, en un punto para asumir menos riesgos, y después en un ganador de su rival a la calle de dobles, pero tocando levemente la línea.

Pero luego sucedió que el mismo Davidovich ganador durante dos horas se achicó en el 'tie break', con numerosos errores, y luego fue incapaz de levantarse en la tercera manga, cansado, impotente, cometiendo muchos fallos y sufriendo también a un Auger-Aliassime que se vino claramente arriba con algunos golpes espectaculares.

Ahora toca descansar antes de regresar en Roland Garros, en el fin de la gira en tierra. No se descarta la sorpresa de acudir a Lyon o Ginebra la próxima semana con una 'wild card', porque no está inscrito en ninguno de los torneos.