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Sucede sólo con fenómenos de la talla de Nadal y, ahora, con Alcaraz. Que compitan en España (hace unos días en Barcelona, y estos días en Madrid) permite reunir en torno a ellos a toda la farándula: actores, músicos, deportistas, empresarios de éxito... Nadie quiere ... perderse ese 'selfie' desde la grada que muestre al fondo al tenista fajándose en la pista. El 'yo estuve ahí'. Y sucedió que este domingo, concluido el Alcaraz-Dimitrov, la pista Manolo Santana se vació casi literalmente cara al Davidovich-Rune no menos interesante, y con otro español. La moda (por supuesto, sin menospreciar lo más mínimo el impresionante talento del murciano, que ha abierto otra página en la historia del tenis) impera sobre la cultura deportiva.
Porque el Davidovich-Rune no defraudó a nadie. Fue emotivo, polémico y apasionante, con puntos de enorme calidad, pero en horario 'after'. Y el golpe de mano del malagueño (7-6 (1), 5-7 y 7-6 (5)) en un duelo que comenzó en abril para acabar en mayo, tras tres horas y cuatro minutos de pelea, coloca al rinconero ante una gran oportunidad.
El choque encierra varias lecturas interesantes. La primera, el fin de una racha adversa de Davidovich ante los 'top ten'. Desde el último Wimbledon (triunfo en cinco sets ante Kurkacz en primera ronda) no ganaba un duelo de esta exigencia, y llegó a la cita ante Rune (7º) con un pobre 3-18. Un balance no tan discreto es el que presentaba este año en 'tie breaks' (4-6), que maquilló siendo más fuerte mentalmente que su rival en las dos 'muertes súbitas' del partido. Y es que Rune venía de ganar sus dos últimos choques de esta forma en la tercera manga.
Lo segundo es que Davidovich encara a priori un cuadro más despejado en la capital. Es lo que tiene deshacerse de un 'top ten', encarar un camino más limpio. Parte como teórico favorito este martes ante Borna Coric (20º), lo que no implica por supuesto ni que vaya a ganar ni que pueda disfrutar de un partido sencillo, ni mucho menos, en su desarrollo. Ganó al croata en el único precedente, pero en un contexto engañoso: este reaparecía tras un año de baja por lesión en un hombro. Además, fue en rápida y a tres sets, en la primera ronda de Indian Wells de 2022. Es obvio que en tierra el malagueño es más peligroso que su rival, un buen sacador, pero que también sabe jugar bien en todo tipo de pistas.
Y, en caso de ganar, no se puede negar que el cruce de cuartos es muy propicio a esas alturas de un Masters 1.000: el balear Jaume Munar (88º), experto terrícola, o el alemán Daniel Altmaier (92º). Y todo apunta a que en semifinales estará esperando un tal Carlos Alcaraz, si no hay sorpresa alguna antes.
El tercer aspecto a considerar es la gran regularidad alcanzada este año por Davidovich, lejos de un 2022 con muchos altibajos, con un final de curso pobre, marcado por molestias en una rodilla, pero salvado con la final de Montecarlo. Nada que ver con este curso, con cinco cuartos de final ya alcanzados (Adelaida, Doha, Indian Wells, Estoril y Barcelona) y un sexto a las puertas si logra vencer hoy a Coric.
👂🏼¡ESCUCHA ESTO, DAVIDOVICH!
— Teledeporte (@teledeporte) April 30, 2023
🏟️ La Manolo Santana se vuelve LOCA con la victoria del español Davidovich Fokina ante Rune
💥 ¡BRU-TAL! #TenisRTVE pic.twitter.com/6IkB1a5CA9
El pupilo de Jorge Aguirre, que llegó a ser 24º hace semanas, su tope en el ATP Ranking, perdió a las primeras de cambio en Montecarlo, en la cita en que más se jugaba (ante Khachanov), y eso le costó perder de una tacada 580 puntos (defendía un subcampeonato en 2022). Cayó del 24º al 37º, pero entre Barcelona y Madrid puede recuperar gran parte de ese botín. Ya es 33º, sera 30º si derrota a Coric, y 28º si hiciera lo propio ante Munar o Altmaier. Hay otro indicador más real: es 18º de la ATP Race ( y será 16º si gana este martes), el 'ranking' anual, el indicador al que suelen mirar más los tenistas, porque es el que denota con más precisión el momento de forma de los rivales, más que el complejo (aunque justo) sistema del baremo oficial, un reajuste semana a semana con los resultados del año anterior.
Finalmente, la gira en tierra de Davidovich va a más hasta haberlo erigido en uno de los rivales más peligrosos en esta superficie cara al Masters 1.000 de Roma (desde mediados de la próxima semana) y, sobre todo, Roland Garros (en la semana entre medias no jugará), donde le beneficia jugar al mejor de cinco sets. Quizás no se haya destacado lo suficiente, pero es quien más ha hecho sufrir a Alcaraz sobre arcilla este año (sólo perdió ante Norrie, pero estando tocado) ha sido el malagueño, en un titánico duelo de cuartos en el Godó con un 86-81 a los puntos.
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